YAKARTA 17 Abr. (EP/AP) -
El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, se comprometió hoy a tratar las denuncias presentadas por los habitantes de la provincia de Papúa contra la compañía minera estadounidense Freeport, a la que acusan de contaminar el medio ambiente, pero dijo que es imposible cerrar la mina de oro como reclaman algunos de los manifestantes.
La compañía Freeport-McMoRan Copper & Gold también es acusada de no compartir lo suficiente de los procedimientos en la mina con los habitantes locales de esta provincia, escenario de un conflicto separatista. Los manifestantes han protestado contra la compañía en varias localidades en toda Indonesia en las últimas semanas.
"Intentaremos resolver el caso (de Freeport) tan bien como sea posible para que nadie sufra", declaró Yudhoyono a responsables gubernamentales y ministros en un discurso en Yakarta. El presidente afirmó que si la mina Grasberg ha violado leyes medioambientales, "entonces deberá haber sanciones".
"Pero si cerramos unilateralmente Grasberg, seremos llevados ante el tribunal anticorrupción donde seguramente perderemos y tendremos que pagar miles de millones de dólares (por daños legales)", previno Yudhoyono, añadiendo que la medida también perjudicará el clima de inversión en el país.
Asimismo, señaló que el Gobierno estudiará si puede gastar los impuestos que recibe de Freeport para que la población local se beneficie más. La compañía, con sede en Nueva Orleans, niega estar contaminando el medio ambiente en Papúa. La firma comenzó a explotar la mina en 1972 y tiene un contrato de 50 años. El año pasado, pagó 980 millones de euros en impuestos, royalties, dividendos y gastos al Gobierno indonesio.
Algunas de las recientes protestas contra Freeport han sido organizadas por nacionalista furiosos de que una compañía estadounidense esté explotando el oro en un provincia pobre de Indonesia. Además, los separatistas que reclaman una Papúa independiente también han atacado a la compañía. El mes pasado, cinco agentes de seguridad en Papua fueron apaleados hasta la muerte durante una protesta contra Freeport.