LONDRES 14 Nov. (EP/AP) -
El primer ministro británico, Tony Blair, participó hoy en una vídeoconferencia con el Grupo de Estudios para Irak (GEI) para abordar y presentar alternativas para afrontar la situación actual en el país mesopotámico, según Downing Street, aunque rechazó que su discurso de ayer, pidiendo la colaboración de Irán y Siria en la estabilización de Oriente Próximo e Irak "en una estrategia global" y para "impulsar la paz", vaya a cambiar su política a grandes rasgos.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, George W.Bush, abrió la sesión en la que hoy participó Blair con el GEI copresidido por el ex secretario de Estado, James Baker, y el ex congresista demócrata Lee Hamilton, formado por 10 políticos de gran relevancia, en una conversación privada.
En este sentido, el GEI ya abogó hace semanas por la implicación de Irán y Siria en la pacificación de Oriente Próximo, después de que ayer el propio Blair, en un discurso sobre política exterior, subrayara la viabilidad de una asociación con Irán si el régimen de Teherán deja de apoyar al terrorismo y abandona sus aspiraciones nucleares.
Así, la conversación de hoy no tiene otro objetivo que el de evaluar la estrategia seguida en meses recientes en Irak, y que en definitiva no ha rendido sus frutos. Después de unas elecciones democráticas y de la formación de un Gobierno de unidad nacional, integrado por chiíes, suníes y kurdos, éste no ha logrado, apoyado por la comunidad internacional, frenar la espiral de violencia, con una media de 100 muertes diarias por violencia interconfesional.
La virtual reunión se produce poco después de que el Gobierno laborista británico votara en contra de una propuesta parlamentaria para investigar la ocupación en Irak desde marzo de 2003, cuando Estados Unidos, Reino Unido y España apoyaron materialmente la invasión del país con el objetivo de derribar al dictador Sadam Husein.
Por su parte, el GEI prevé entregar sus conclusiones y recomendaciones sobre Irak al presidente de Estados Unidos antes de que finalice el año, a la espera de ofrecer una alternativa real y más efectiva para progresar en seguridad y democracia en el país.
A pesar de que Reino Unido ya ha perdido a 125 de sus soldados en Irak de los 7.200 desplegados en el sur del país y cuenta con pérdidas económicas por valor de 5.980 millones de euros desde 2003, según datos del Gobierno de Blair, éste ha insistido en que las tropas británicas "permanecerán" en Irak hasta que sus fuerzas de seguridad sean capaces de valerse por sí mismos y hacerse responsables de la situación.
Por su parte, el portavoz del Partido Conservador en materia de Asuntos Exteriores, William Hague, urgió a Blair a trasladar a la comisión Baker, como popularmente se conoce al GEI, la necesidad de actuar contra la corrupción y subrayar la lentitud en la reconstrucción. "Sin éxito en éstas áreas, existe el riesgo de colapso cuando las tropas de la coalición se retiren", aseguró.
"Es todo un descaro que el primer ministro postulará sus ideas en relación con el cambio de estrategia a la comisión Baker, cuando el Ejecutivo ha negado al Parlamento la misma oportunidad", admitió por el líder del Partido Liberal Demócrata, Menzies Campbell.