BAGDAD, 17 Ago. (EP/AP) -
Los equipos de rescate que trabajan en el lugar donde el pasado martes explosionaron cuatro camiones bomba que causaron centenares de muertos en el norte de Irak han encontrado con vida a cuatro niños entre los escombros de la ciudad de Qahtaniya, una de las poblaciones golpeadas por los ataques.
Saad Muhanad, un miembro del Gobierno municipal, explicó que los menores estaban "enterrados bajo las ruinas de una casa cerca de donde estaban jugando cuando las bombas explotaron". "No les oímos pedir ayuda hasta momentos antes de que una máquina excavadora casi acabara con ellos cuando se acercó al lugar para despejar la zona de escombros", destacó.
Según Muhanad, los niños son familiares, pero no sabía si son hermanos. Lo primero que hicieron los pequeños al ser liberados fue empezar a correr por las calles para pedir algo de comida y agua. "En un rato, algunos de sus familiares llegaron y se los llevaron", señaló.
Mientras autoridades locales elevan a 500 la cifra de muertos en los cuatro atentados simultáneos, el portavoz del Ministerio del Interior Abdul Karim Khalaf indicó ayer que las cifras que manejaban eran de 400 fallecidos. Sea como fuere, este atentado se ha convertido en el más mortífero después del 11-S.
Así pues, el alcalde del distrito de Baaj --región donde ocurrieron los ataques--, Abdul Rahim al Shimari, hizo un llamamiento para la entrega de ayudas, ya que alertó de una gran tragedia si los damnificados no consiguen pronto comida, agua y medicinas.
"La gente está conmocionada. Los hospitales se han quedado sin medicinas. Las farmacias están vacías. Necesitamos comida, medicines y agua porque de otra manera se producirá una catástrofe", manifestó Al Shimari.
Asimismo, señaló que los equipos de rescate han enterrado en las últimas horas en Qahtaniya 30 cadáveres más sin identificar, y subrayó que, según los datos del Gobierno local, al menos 250 personas se han quedado sin hogar.
