WASHINGTON, 8 Dic. (EP/AP) -
La insatisfacción con la gestión del presidente de Estados Unidos, George W.Bush, en Irak ha batido nuevamente su propio récord, alcanzado al 71% de los estadounidenses, según una reciente encuesta de AP-Ipsos, que también pone de manifiesto que la mayoría de los ciudadanos están resignados a no obtener una victoria clara en el país árabe.
El sondeo, conocido poco después de la publicación de un documento del Grupo de Estudios para Irak, liderado por el ex secretario de Estado James Baker y el representante Lee Hamilton y que recomendaba la Administración Bush iniciar una profunda ofensiva diplomática, muestra que sólo el 27% de los estadounidenses aprueban la gestión de su presidente. En noviembre el apoyo era del 31%.
"El apoyo continúa erosionándose y no hay razones particulares para pensar que pueda subir", explicó un politólogo de la Universidad de Ohio, John Mueller, autor de 'Guerra, presidentes y opinión pública'.
Sin embargo, los estadounidenses no están de acuerdo en la retirada de todas las tropas estadounidenses, según el sondeo, que muestra un fuerte apoyo (71% de los entrevistados) a un calendario de dos años si es necesario.
La encuesta, elaborada entre los días 4 y 6 de este mes, subraya un creciente pesimismo sobre Irak: un 63% no espera que se establezca un Gobierno estable y democrático en el país. El escepticismo es especialmente grande entre los demócratas, ya que sólo un 22% de ellos esperan la instauración de un Ejecutivo de estas características.
En este sentido, sólo un 9% de los entrevistados esperaban que la guerra termine con una victoria norteamericana clara, mientras el 87% considera que será necesario establecer algún tiempo de acuerdo.
Ayer, el presidente norteamericano, acompañado del primer ministro británico, Tony Blair, aseguró, un día después de recibir las recomendaciones del Grupo de Estudio para Irak, que si se quiere garantizar la victoria en el país árabe, es necesario derrotar a los extremistas en toda la región de Oriente Próximo.
Bush señaló durante su comparecencia ante la prensa que "el pueblo americano espera una nueva estrategia" para Irak en un "momento duro y difícil para América y Reino Unido" y destacando la necesidad de que cualquier resolución relativa al conflicto de Irak esté vinculada de forma inevitable a la reducción de la tensión entre israelíes y palestinos.
