BASORA (IRAK), 31 (EP/AP)
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, hizo hoy un llamamiento a la unidad y prometió luchar contra la violencia sectaria durante su visita a Basora, segunda ciudad del país, en un discurso con el que buscaba calmar la deteriorada situación en esta ciudad del sur del país.
En su discurso, el primer ministro denunció la ola de asesinatos y secuestros que los líderes suníes han atribuido a escuadrones de la muerte chiíes. "El tamaño de las fuerzas de seguridad en esta provincia, hasta donde sé, debería ser suficiente para mantener el pleno control de la situación de la seguridad, pero parece que estas fuerzas son inútiles con el deterioro de la situación de la seguridad en esta ciudad", afirmó ante unos 700 jefes tribales, líderes religiosos, autoridades, oficiales del Ejército y otros ciudadanos.
"¿Qué está pasando en esta ciudad, la ciudad de mártires y sacrificios?", se preguntó. "No dejaremos que Basora siga sangrando con la existencia de estas bandas mientras hay fuerzas de seguridad en ella", prometió.
Al Maliki, chií, viajó a Basora acompañado por el vicepresidente, Tariq al Hashimi, suní. Ambos responsables consideraron que debe restaurarse la seguridad antes de que pueda volver la prosperidad a esta ciudad portuaria del Golfo Pérsico. "Hay planes de futuro para mejorar Basora", afirmó Al Hashimi, advirtiendo de que "para preparar las circunstancias adecuadas, debe restaurarse la seguridad y por eso estamos aquí".
"Basora no es una excepción de lo que está ocurriendo en Bagdad, Al Anbar, Nínive y Diyala", subrayó Al Hashimi, en referencia a algunas de las provincias más inestables. "Hay campañas perversas e intenciones perversas y agendas perversas para profundizar la división entre los iraquíes", afirmó, denunciando que "pretenden dividir el país".