ROMA 17 Ene. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -
La fiscalía de Roma, que investiga el ataque de una patrulla norteamericana en Irak que causó la muerte del agente de los servicios secretos italianos (SISMI) Nicola Calipari el pasado 4 de marzo y en el que resultó herida la periodista recién liberada, Giuliana Sgrena, consideró que según sus investigaciones, el marine norteamericano Mario Lozano "inexperto y demasiado estresado", disparó 58 tiros de metralleta contra el coche en el que viajaban.
La fiscalía romana concluyó hoy sus investigaciones y en el informe, filtrado por algunas agencias, se leen acusaciones contra el marine Mario Lozano, que podrá ser citado a juicio con la acusación de homicidio voluntario y tentado homicidio.
La investigación revela que Lozano realizó 58 disparos con una metralleta automática, de los que 11 alcanzaron el coche en el que viajaban Calipari, la periodista Giuliana Sgrena y otro miembro del SISMI, Andrea Carpani, que también resultó herido, violando las normas del reclutamiento y sabiendo que podría causar daños a los ocupantes del vehículo.
Según los cinco expertos nombrados por la fiscalía romana y que examinaron la Toyota en la que viajaban, el coche fue alcanzado por siete proyectiles, los primeros llegaron desde los 100-130 metros y los últimos, desde los 45- 65 metros.
Se produjeron tres ráfagas, la primera cuando el vehículo viajaba a unos 60-65 kilómetros/hora, la segunda cuando procedía a unos 44- 54 km/h, mientras que la última fue disparada cuando el coche estaba prácticamente detenida y sólo uno de las balas alcanzó las partes del motor, que habría provocado que el coche detuviese.
Estos datos contrastan con la versión norteamericana del que vehículo iba a unos 88 kilómetros hora y que no se detuvo cuando se dispararon las primeras ráfagas.
El caso se cerró con dos informes, uno realizado por los Estados Unidos y otro por parte italiana sobre la versión de los hechos, redactado tras varias semanas de examen de una comisión mixta en Irak, y en el que se expresa que el "estrés y la inexperiencia" de los soldados de la patrulla hicieron que tomaran la decisión de disparar, desmintiendo así la versión estadounidense que apunta que los militares siguieron un normal procedimiento ante un vehículo extraño.
El nombre de Lozano, de 35 años, salió a relucir cuando la prensa italiana publicó los detalles que en el informe estadounidense aparecían tachados pero con una simple transferencia del archivo, se descubrieron las palabras tachadas.
Así, se supo que el soldado que disparó contra el coche italiano era Mario Lozano, soldado de la Guardia Nacional de Nueva York, y que era uno de los tres especialistas del puesto de control. Junto a ellos había un capital, un teniente y cuatro sargentos. De ellos, un total de cuatro proceden de la Guardia Nacional de Nueva York, otros cuatro de la Guardia Nacional de Louisiana, y uno, el comandante Michael Drew, del Departamento de Policía de Nueva York.
Los fiscales Franco Ionta, Pietro Saviotti y Erminio Amelio podrán ahora presentar la citación a juicio a Lozano pero será poco probable que esto ocurra pues el gobierno de Estados Unidos, que no respondió a ninguna de las cartas rogatorias pedidas por la fiscalía, se acogerá a la jurisdicción que les impide que sus militares puedan ser juzgados por tribunales extranjeros.