BAGDAD, 20 Nov. (EP/AP) -
Al menos 21 iraquíes perdieron hoy la vida en una serie de ataques en las localidades de Bagdad, Ramadi, Baquba y cerca de la frontera con Siria, mientras los cuerpos de otros 26 iraquíes han sido recuperados sin vida con signos de haber sido torturados en las calles de la capital, en Dujail así como en el río Tigris, según informó la Policía.
Por su parte, el ministro de Estado, Mohamed Abbas Auraibi, salió hoy ileso de un ataque con bomba al paso de su convoy que viajaba por una carretera al este de Bagdad, en el que dos de sus guardaespaldas resultaron heridos. "Regresaba de una visita oficial a Amarah cuando nuestro convoy fue atacado", señaló en una entrevista telefónica a Associated Press. "Gracias a dios que los dos guardias sólo fueron heridos levemente", añadió.
Asimismo, el viceministro de Salud, Hakim al Zamily, consiguió escapar ileso hoy al medio día cuando varios hombres armados abrieron fuego contra su vehículo en el centro de Bagdad, matando a dos de sus guardaespaldas, según confirmó el Ministerio de Salud.
El actor de comedia, Walid Hassan, muy popular en la cadena de televisión 'Al Sharqiya' por su serie "Caricature", muy crítica con las fuerzas de coalición en Irak y el Ejecutivos iraquíes posteriores a la invasión estadounidense, resultó abatido hoy mientras conducía por la capital.
En otro incidente separado un profesor chií de la Universidad de Babil, Fulayeh al Ghurabi fue asesinado por un grupo de hombres armados mientras se desplazaba en su coche a la facultad alrededor del medio día, según fuentes policiales.
Mientras, un soldado estadounidense falleció hoy a consecuencia de las heridas que recibió el sábado cuando una bomba estalló al paso de su patrulla y otro marine murió ayer en enfrentamientos contra la insurgencia en la provincia de Al Anbar, según admitieron fuentes militares que elevan 47 los soldados estadounidenses de equipos de reconstrucción en lo que va de mes y a 2.865 los soldados estadounidenses fallecidos en Irak desde marzo de 2003.
Por segundo día consecutivo, las fuerzas de la coalición han llevado a cabo una redada en el barrio chií de Ciudad Sadr en Bagdad, bastión del Ejército al Mahdi próximo al clérigo chií Muqtada al Sadr, después de que se achaque a esta milicia la posible autoría del secuestro masivo de visitantes, profesores y empleados del Ministerio de Educación Superior hace menos de una semana.
En este sentido, las fuerzas policiales iraquíes rastrearon una mezquita que dejaron seriamente dañada tras la operación, aunque no llevaron a cabo ninguna detención, según admitió el Ejército estadounidense en colaboración con las fuerzas de seguridad iraquíes que, por su parte, destruyeron un vehículo estacionado en las cercanías de la mezquita por constituir una amenaza a las fuerzas terrestres, según admitieron fuentes de la coalición.
Varios testigos presenciales aseguraron que, además de rastrear la mezquita, las fuerzas de la coalición irrumpieron en varias viviendas arrestaron a tres iraquíes y enfrentándose de forma breve a milicianos del Ejército de Mahdi. Asimismo, dichas fuentes explicaron que la redada se inició a primer hora de la madrugada del lunes.
Por su parte, fuerzas británicas en colaboración con otras iraquíes llevaron a cabo hoy redadas en varias casas en el sur del país y arrestaron a cuatro sospechosos de haber participado en el secuestro de cuatro empleados de seguridad estadounidenses y de otro austriaco, según fuentes oficiales.
La redada, que comenzó a última hora de la tarde del domingo y continuó este lunes tuvo lugar en el enclave de mayoría suní, Zubair, 30 kilómetros al sur de Basora, según explicó el portavoz del mando británico, el capitán Tane Dunlop, después de que la Policía iraquí arrestara el sábado 200 presuntos insurgentes en varias localidades del norte de la ciudad.
Los ataques de hoy elevan la cifra de iraquíes muertos a 1.370 en noviembre, superando los 1.216 registrados en octubre, aunque la cifra podría ser superior ya que muchos de las personas muertas son enterradas antes de que se llegue a registrar su defunción oficial.
