No obstante, fallecen al menos 55 personas en atentados y episodios de violencia interconfesional en distintos puntos de Irak
BAGDAD, 10 Ago. (EP/AP) -
Cientos de miles de peregrinos chiíes comenzaron hoy a regresar a sus hogares, después de rendir pleitesía frente a la mezquita de las cúpulas doradas, en la provincia de Diyala, en el norte de Irak, y conmemorar así al imán Mousa al Kadhim, mientras militares estadounidenses felicitaron a las fuerzas de seguridad iraquíes por su labor para garantizar que la peregrinación transcurriera de forma tranquila.
Este año se han registrado escasos episodios violentos durante el peregrinaje de miles de chiíes al santuario ubicado al norte de Bagdad, a diferencia de hace dos años cuando, durante la misma festividad, fallecieron unos mil peregrinos en una estampida que ocurrió en un puente.
Mujeres, envueltas en negras abayas, y hombres de todas las edades han caminado durante horas e incluso días desde ciudades del sur iraquí y de la conflictiva provincia de Diyala para alcanzar la mezquita del imán Al Kadhim, que se caracteriza por sus dos bóvedas doradas que brillan bajo el caluroso sol del verano.
A pesar de algún que otro incidente, el Ejército estadounidense felicitó a las autoridades iraquíes por la actuación de las fuerzas de seguridad para garantizar la seguridad de cientos de miles peregrinos chiíes al norte de Bagdad. "Han hecho un trabajo absolutamente increíble", reconoció el comandante de la Segunda Brigada de Combate de la División Aérea 82, el coronel John Castles. "Nosotros sólo hemos tenido un rol de apoyo, en la sombra, esto es algo que los iraquíes han organizado ellos mismos, coordinado y ejecutado en un plazo de tres o cuatro días", destacó.
La prohibición de circular y el toque de queda impuestos en la capital iraquí como medidas preventivas para garantizar la seguridad del peregrinaje durante tres días será levantadas el sábado por la mañana.
AL MENOS 55 MUERTOS
A pesar de las medidas de seguridad desplegadas, al menos 55 personas han fallecido hoy en ataques violentos o han sido encontradas muertas en distintos puntos de Irak. En uno de los peores atentados, han perecido al menos ocho personas y otras 45 resultaron heridas por la explosión de un coche bomba aparcado en un mercado de Kirkuk, ciudad situada en el norte de Irak y una de las más ricas en petróleo del país, según informaron las fuentes policiales.
El ataque tuvo lugar en un mercado de mayoría kurda de la ciudad, situada a 290 kilómetros al norte de Bagdad. El coche explotó a las doce del mediodía (dos de la tarde en España), a una hora muy concurrida en la que los compradores adquieren sobre todo hortalizas y productos para la casa.
La tensión en Kirkuk ha aumentado en fechas recientes por la pretensión de la comunidad kurda de incluir esta ciudad en el semiautónomo Kurdistán iraquí, algo que rechazan árabes y turcomanos. Mientras, un miliciano suicida empotró el camión bomba que conducía contra un puesto de control del Ejército iraquí en el noreste de Mosul, matando a cuatro soldados e hiriendo a otros 14, según informó el comandante del Ejército, Fahmi Soufi.
Por otro lado, una bomba de carretera explotó cerca de un minibús en Baquba, a 60 kilómetros al noreste de Bagdad, matando a dos pasajeros e hiriendo a otros cuatro, mientras que un civil falleció en un tiroteo mientras caminaba por la ciudad, según informó la Policía.
Asimismo, dos soldados norteamericanos resultaron heridos después de que su helicóptero se vio obligado a aterrizar de emergencia en el sur de la capital, según explicaron fuentes castrenses que precisaron que sus vidas no corren peligro. Es el segundo incidente de estas características en dos semanas.
El helicóptero HH-60 se desplazaba para asistir a una misión cuando se vio obligado a aterrizar de emergencia en Yusifiya, al sur de Bagdad y dentro del llamado 'triángulo de la muerte', explicó el Ejército sin que se sepan, por el momento, las causas del incidente.
Un oficial del Ejército iraquí explicó por su parte que la aeronave norteamericana se vio obligada a aterrizar después de chocar contra un poste de electricidad durante una redada contra la insurgencia.
