BAGDAD 27 Abr. (EP/AP) -
El recién designado primer ministro de Irak, el chií Nuri al Maliki, se ganó hoy el apoyo de los líderes religiosos chiíes para disolver las milicias, una de las principales demandas de Estados Unidos, después de que un grupo de individuos armados asesinara en Bagdad a la hermana del vicepresidente, el suní Tarek al Hashemi.
La aprobación se produjo durante un encuentro en Nayaf entre el gran ayatolá Ali al Sistani y el primer ministro, un chií de línea dura que fue llamado el pasado fin de semana a formar un Gobierno de unidad nacional.
Después de la reunión, la oficina de Al Sistani emitió un comunicado diciendo que el ayatolá urgía a Al Maliki a elegir un gabinete de ministros "conocidos por su integridad y buena reputación" que puedan servir al pueblo iraquí en vez de a "intereses personales, partidistas o sectarios".
Al Sistani aseguró a Al Maliki que su principal prioridad debe ser dominar la escalada de violencia, en la que se enmarcan "secuestros, tortura, bombas y asesinatos", indicó la nota. Gran parte de estos actos violentos fueron causados por milicias, muchas de ellas relacionados con políticos chiíes.