BAGDAD, 26 Sep. (EP/AP) -
Un soldado estadounidense se declaró hoy no culpable de los cargos de matar iraquíes y de tratar de ocultarlo después colocando armas junto a los cadáveres.
Jorge G. Sandoval, natural de Laredo (Texas), ha sido acusado de asesinato premeditado, de colocar erróneamente armas en restos de iraquíes y de obstrucción a la Justicia. Si es hallado culpable se enfrenta a una condena de cadena perpetua.
Los fiscales militares señalaron que las muertes por las que se juzga a Sandoval ocurrieron de forma separada los pasados meses de abril y mayo cerca de la ciudad de Iskandariyah, de mayoría suní y situada a 50 kilómetros al sur de Bagdad.
"La guerra en Irak es el infierno. El enemigo no siempre se muestra. El enemigo de esta guerra ataca, se esconde, y luego ataca otra vez", afirmó el abogado de la defensa, capitán Craig Drummond.
Sandoval se enfrenta a cinco cargos, incluido la muerte de un iraquí el pasado 27 de abril, cuando colocó supuestamente un cable de detonación junto a su cadáver, así como el asesinato premeditado de otro iraquí con una pistola de calibre 9 milímetros el pasado 11 de mayo, junto a cuyo cuerpo colocó presuntamente un fusil AK-47. Además, se le acusa de no asegurar un trato humanitario a la víctima cuando estaba detenida.
Por su parte, la fiscal, Sarah Rukowski, señaló al tribunal que debe decidir "qué había en la mente del acusado cuando disparó a un hombre desconocido" y mató a otro "con una pistola de 9 milímetros a sólo unos metros de allí".
Vestido con un uniforme militar, Sandoval se puso en pie junto con sus dos abogados para declararse no culpable durante el primer día del juicio en una base estadounidense situada al oeste de Bagdad.
Los sargentos Evan Vela, natural de Rigby (Idaho), y Michael Hensley, de Candler (Carolina del Norte), también están acusados por el mismo caso. Sandoval fue detenido el pasado junio mientras gozaba de un permismo de dos semanas y fue a visitar a su familia.
