BAGDAD 7 Ago. (EP/AP) -
El presidente de Irak, Jalal Talabani, rechazó hoy el análisis de quienes piensan que las tensiones entre suníes y chiíes llevarán al país a una guerra civil y, por el contrario, se declaró convencido de que "la situación está mejorando" y de que "a medida de que las cosas vayan mejorando también lo harán las condiciones económicas".
Talabani respondía así a las palabras del embajador saliente de Reino Unido en Irak, William Patey; del máximo general estadounidense en la región, John Abizaid y el jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, Peter Pace, que la semana pasada coincidieron en advertir del riesgo de una guerra civil.
Sin embargo, el presidente insistió en que los iraquíes siguen unidos. "Primero dijeron que una guerra civil estallaría entre kurdos y árabes, y eso no ha pasado. Ahora dicen que habrá una guerra entre suníes y chiíes y eso tampoco pasará", dijo Talabani, de etnia kurda.
"Suníes y chiíes están entremezclados y sus líderes se oponen (a una guerra civil). Hay clanes que tienen tanto miembros suníes como chiíes. ¿Cómo van a volverse unos contra otros?", añadió.
Se estima que alrededor del 60% de los 27 millones de iraquíes son chiíes y un 20% suníes. La violencia entre ellos se ha desatado desde el pasado febrero, cuando un atentado suní destruyó la mezquita dorada chií de Samarra.
Por su parte, el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, George Casey, anunció hoy a la prensa que ha preparado con Talabani un nuevo plan para lograr "cambios fundamentales en la situación de seguridad de Bagdad", especialmente ante la llegada del Ramadán, el mes santo de los musulmanes, a finales de septiembre, pero no facilitó detalles.