MADRID, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -
La ONG Human Rights Watch (HRW), especializada en Derechos Humanos, ha pedido a las autoridades iraníes que suspendan inmediatamente la sentencia de muerte que pesa sobre el activista de oposición Gholamreza Khosravi Savadjani, que podrá ser ejecutado "de manera inminente", como muy pronto el próximo lunes, según informaciones no confirmadas que baraja la organización.
Savadjani, de 50 años, fue condenado inicialmente en 2008 por trabajar con la cadena de televisión Simay-e Azadi, que tiene su sede en Londres y está afiliada con el grupo Mojahedin-e Khalq, considerados por Teherán como una organización terrorista.
Sin embargo, el activista podría ser ajusticiado por una sentencia posterior basada en un delito adicional, el de "Moharebeh", o "enemistad contra Dios", empleado habitualmente para criminalizar a los opositores y castigado con la pena de muerte. La nueva sentencia fue emitida en 2010 y ratificada por el Tribunal Supremo de Irán el pasado 21 de abril de este año.
Los abogados del activista apuntan que el delito por el que se le condenó, colaborar económica y profesionalmente con la cadena, no es en modo alguno constitutivo de pena capital. Además, criticaron duramente la base legal de la última sentencia al considerar que no se puede juzgar dos veces un mismo hecho, al tratarse de una franca violación del acuerdo de la Alianza Internacional de Derechos Políticos y Civiles, del que Irán es país firmante.
HRW explica además que el activista ha sido sometido a maltrato durante su estancia en la prisión de Evin (Teherán), donde se encuentra actualmente, donde permaneció incomunicado bajo interrogatorio durante 40 días.
"Irán suele aplicar por norma la pena de muerte a disidentes políticos como Savadjani", declaró el director adjunto de HRW, Eric Goldstein, quien apunta que "el Gobierno iraní debería abstenerse de recurrir al delito de 'enemistad contra Dios' a la hora de enjuiciar sus casos", al tratarse de una "ley vaga" que sirve para "criminalizar a la oposición pacífica".
Por último, HRW solicitó que Irán imponga una moratoria sobre la pena de muerte, un castigo "del que abusa con frecuencia".
