BALI (INDONESIA), 13 (EP/AP)
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, que logró hoy el apoyo de dirigentes musulmanes para su programa de enriquecimiento de uranio se reafirmó en su intención de negociar con las Naciones Unidas, pero recalcó que no conversará con Israel o con otros países que sostienen "bombas sobre nuestra cabeza".
Este sábado dio comienzo en la isla de Bali (Indonesia) la cumbre del grupo D-8, que reúne a los dirigentes de Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, Malasia, Nigeria, Pakistán y Turquía. Aunque la crisis internacional provocada por la negativa del Gobierno de Teherán a suspender su programa de enriquecimiento de uranio no se encuentra en la agenda oficial del encuentro, ha sido uno de los asuntos debatidos entre ambos líderes.
Ahmadineyad garantizó que ha cooperado totalmente con Agencia Internacional para la Energía Atómica de las Naciones Unidas (AECI) en materia nuclear, y está dispuesto a sostener conversaciones sobre la oposición internacional a su programa.
Ahmadineyad aseguró que su programa nuclear es "al cien por cien" pacífico, aunque los Estados Unidos y sus aliados le acusan de pretender el desarrollo armas atómicas.
"Por mis conversaciones con el presidente Ahmadineyad, sé que el desea y está listo para continuar con sus conversaciones con la AIEA, para continuar las conversaciones diplomáticas con la esperanza de que todo el mundo alcance una solución pacífica y apropiada", indicó el presidente indonesio, Susulo Bambang Yudhoyono.
"Nuestra gente tiene que hacer más para ayudarse el uno al otro", insistió Bambang Yudhoyono, que agregó que los países islámicos deberían trabajar juntos para desarrollar fuentes de energía sustitutivas.