Irán pide al Gobierno egipcio que esté atento ante los "complots" extranjeros

MADRID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de Irán ha expresado este martes su preocupación por los acontecimientos políticos en Egipto tras el derrocamiento del expresidente Mohamed Mursi el 3 de julio y ha solicitado a las nuevas autoridades que "estén atentas ante los complots preparados en concordancia con los intereses del régimen sionista (en referencia a Israel)".

"Los actuales eventos en Egipto han causado preocupación en la comunidad internacional, los países regionales e Irán", ha dicho el portavoz del Ministerio de Exteriores, Abbas Araqchi, durante una rueda de prensa, según ha informado la cadena de televisión iraní Press TV.

"Esperamos que los líderes de Egipto estén atentos para poner fin a estos complots y mostrar su solidaridad", ha agregado, tras advertir de que los conflictos en Egipto, Siria, Líbano y otros países de la región "sirven a los intereses" de Israel.

Por ello, ha hecho un llamamiento a la moderación a todos los partidos políticos y organizaciones civiles y les ha solicitado que mantengan un diálogo para hacer frente a los principales problemas que les separan.

Asimismo, les ha pedido que tengan en cuenta las palabras del líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, quien la semana pasada expresó su preocupación por la situación en varios países de la región y recomendó a El Cairo y Bagdad que aumenten su vigilancia ante los complots extranjeros para evitar una guerra civil en sus países.

La organización islamista Hermanos Musulmanes, a la que pertenece Mursi, y sus aliados han acusado a las nuevas autoridades de acceder al poder a través de un golpe de Estado militar y de lanzar una campaña de represión contra los movimientos islamistas. Decenas de altos cargos islamistas, entre ellos el propio expresidente, han sido arrestados y acusados de diversos delitos y crímenes.

Entre las medidas más criticadas adoptadas por el nuevo Gobierno está el restablecimiento por parte del Ministerio del Interior de las funciones de lucha contra el extremismo y control de las actividades políticas y religiosas, suspendidas tras la revuelta que puso fin al Gobierno de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

Casi 300 personas han muerto debido a la violencia política desde el derrocamiento de Mursi, la mayoría de ellas seguidores de formaciones islamistas. Sólo el 27 de julio murieron unos 80 simpatizantes del presidente por disparos presuntamente efectuados por las fuerzas de seguridad.