John Kerry y Javad Zarif
Foto: CARLOS BARRIA / REUTERS
Actualizado: jueves, 2 julio 2015 12:18

La resolución del asunto permitirá centrar las capacidades en otros desafíos comunes en la región y el mundo

   MADRID, 2 Jul. (Por Mohammad Hassan Fadaifard, Embajador Plenipotenciario y Extraordinario de la República Islámica de Irán ante el Reino de España) -

Las maratónicas negociaciones nucleares entre Irán y el G 5+1 han entrado en el tiempo añadido. Los pasillos del Hotel Coburg de Viena son testigos de emocionados vaivenes de autoridades y diplomáticos de siete países que han venido a crear victorias desde las profundidades de desafíos mediante el recurso al arte de la diplomacia. Irán y seis potencias mundiales han decidido convertir el desafío de las actividades nucleares de Irán en un asunto de generación de confianza y de cooperación multilateral, recíprocamente beneficioso.

Tanto en el Congreso norteamericano como en el Parlamento iraní se han aprobado proyectos que obligan a sus respectivos gobiernos a respetar unas líneas rojas en el posible acuerdo a conseguir. Está claro que la lentitud de las negociaciones se debe a asuntos como las futuras actividades de investigación, desarrollo y enriquecimiento de uranio de Irán, la forma del levantamiento de las sanciones y de su posible reversibilidad y Posibles Dimensiones Militares de las pasadas actividades nucleares de Irán. Aun con todo, esta vez la esperanza domina el ambiente de las negociaciones.

Mientras tanto los opositores del proceso de negociaciones nunca han dejado de actuar y se han recurrido a complots como sanciones, asesinatos, sabotajes cibernéticos, espionajes y el bombardeo mediático para descarrilar las negociaciones. Algunos de los opositores de este proceso intentan mantener viva la llama del desafío nuclear para, exclusivamente, crearse áreas de maniobra propia en el marco del caos y la inestabilidad. Lo más sorprendente es que los regímenes que critican públicamente la consecución de un acuerdo nuclear, ni siquiera son signatarios del Tratado de No Proliferación; cuentan con arsenales de armas letales nucleares; no respetan ningún mecanismo de supervisión internacional; y siempre se han opuesto a las políticas declaradas por Irán basadas en un Oriente Próximo libre de armas de destrucción masiva.

Cabe mencionarse que entre los años 2010 y 2012 fueron asesinado cinco científicos nucleares de Irán a manos de escuadrones de la muerte de los servicios foráneos de espionaje pero aun así ninguno de los países que se denominan a sí mismos como antiterroristas ha condenado este horroroso ejemplo del terrorismo de estado. Durante este tiempo las instalaciones nucleares del país también fueron objetos de sabotajes por el virus Stuxnet. Y de ahí el reforzamiento de las medidas de seguridad tanto para los científicos como para las instalaciones nucleares del país.

OPORTUNIDAD A LA DIPLOMACIA

En este contexto, los analistas de ambos lados del atlántico han llegado a la conclusión de que se ha de otorgar la oportunidad a la diplomacia con todas sus potencialidades. Esta estrategia ha sido adoptada en coordinación con las posturas y los intereses de Europa, EE.UU. y de importantes actores regionales.

Las negociaciones de Irán sobre su programa nuclear se realizan en dos campos, con el Grupo 5+1 y con la AIEA. El marco de las cooperaciones de Irán con la AIEA se basa en el Acuerdo de Salvaguarda que el país ha suscrito antes de la Revolución de 1979, cumpliendo así con sus compromisos mientras es miembro de la AIEA. Al respecto, Irán está cooperando con la buena intención sobre las alegaciones relacionadas a una hipotética dimensión militar con la AIEA para demostrar que dicha afirmación es totalmente fabricada, falsa e ilusoria y que se ha planteado sólo con objetivos políticos y hostiles para con Irán y la región.

Se recuerda que en el año 2003, durante el mandato del actual presidente Hassan Rohaní en el Consejo Superior para la Seguridad Nacional del país, se iniciaron las negociaciones con UE3 (Reino Unido, Francia y Alemania) e Irán accedió, en aquel entonces, suspender temporalmente sus actividades nucleares y aplicó voluntariamente el Protocolo Adicional al Tratado de No Proliferación.

ACUERDO FINAL

La esperanzadora redacción del acuerdo definitivo se encuentra en sus fases finales. Este acuerdo consistirá en un documento principal de unas 20 páginas y otros 5 anexos que abarcarán asuntos como el levantamiento de las sanciones, las actividades nucleares, las cooperaciones, la supervisión y el plan de ejecución.

Irán cree que con la consecución del acuerdo - que garantiza la continuidad de las supervisiones e inspecciones en el marco de las leyes y normas internacionales - se despejarán las inquietudes sobre la necesidad de mantener el carácter exclusivamente pacífico de las actividades nucleares del país. Las negociaciones nucleares se desarrollan no con el objetivo de desmantelar las actividades nucleares de Irán, sino con el propósito de garantizar la transparencia así como el carácter pacífico de estas actividades y eliminar cualquier duda al respecto.

El objetivo de Irán en su constructiva participación en el proceso de las negociaciones es comprometer a la comunidad internacional a respetar las decisiones del pueblo iraní. Estos asuntos se ubican en el área de políticas superiores y se sitúan mucho más altos que políticas inferiores como las sanciones.

La política declarada del presidente Rohaní se basa en la resolución diplomática de los fabricados asuntos sobre el programa nuclear del país que han obstaculizado, durante los últimos 15 años, el establecimiento de la tranquilidad y cooperaciones en la región. Con la resolución de este asunto, las capacidades se orientarán, naturalmente, hacia otros desafíos e inquietudes comunes en la región y en el mundo entero.

INDUSTRIA NUCLEAR ASUNTO DE HONOR PARA IRÁN

Los iraníes ven la industria nuclear como un asunto de honor y de orgullo nacional. Motivo por el cual y en el marco de implementar la voluntad popular, el Gobierno se siente comprometido con fructificar la ciencia nuclear nacional del país que se ha conseguido con enormes gastos materiales e incluso el martirio de sus científicos.

Aun a pesar de propagar ilusiones y fabricar desafíos, durante los últimos 12 años, sobre el programa nuclear iraní y aplicar las más duras y sin precedente sanciones contra Irán por la ONU y la UE, hasta la fecha no se ha podido demostrar ninguna de las alegaciones presentadas y las presiones internacionales con el fin de impedir el avance del programa nuclear iraní, han resultado totalmente inversas, aportando una derrota total a los diseñadores de la política de presiones y sanciones.

La industria nuclear iraní se ha formado en base a la necesidad estudiada del país a 20.000 megavatios de electricidad nuclear y de otras necesidades médicas, agrícolas e industriales. En la creencia de la cultura general de Irán, temas como la imposición de una sangrienta guerra de 8 años, el diseño de un golpe de estado, la creación de células terroristas y separatistas, las invasiones políticas y culturales, las amenazas militares, las sanciones y la expedientación nuclear se han diseñado, todos, con el fin de arrodillar a Irán como el único ejemplo de firmeza en la región y en el mundo.

En este sentido, la expedientación nuclear de 12 años del país se ha diseñado no con el fin de despejar las legítimas y lógicas dudas, sino con el objetivo de presionar al país. Así que algunos países cuando no alcanzaron su objetivo de acabar con la industria nuclear iraní mediante el recurso a métodos como presiones, sanciones, amenazas militares, asesinatos, sabotajes y espionajes, buscan conseguir el objetivo en la mesa de negociaciones y de hecho todas sus abjuraciones y regateos buscan conseguir el citado objetivo

LEVANTAMIENTO DE LAS SANCIONES

Enfatizando en su pesimismo respecto a los objetivos de algunos países por los repetidos incumplimientos de sus compromisos, las autoridades iraníes han demostrado su disposición y voluntad política para la continuidad de unas serias y realistas negociaciones que conduzcan a la resolución del problema. Irán insiste en que uno de los factores del acuerdo definitivo tiene que ser “el levantamiento de los embargos y las sanciones”.

Los embargos y las sanciones económicas, financieras y bancarias aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, el Congreso y el Gobierno norteamericano así como las de la Unión Europea por las actividades nucleares de Irán tendrán que ser levantadas con la firma del acuerdo y las demás sanciones no nucleares también han de levantarse en plazos lógicos. De hecho esto ha sido pactado en el Acuerdo de Ginebra en base al principio de la equidad de los compromisos mutuos. En vista de que las concesiones de Irán se aplican inmediatamente, el levantamiento de las sanciones también ha de ser simultáneo.

El armamento nuclear no tiene cabida en la doctrina de seguridad de Irán ya que creemos que ello no genera la estabilidad interna, ni otorga la seguridad exterior. El armamento nuclear que se caracteriza por la destrucción mutua no es un factor de poder, sino una locura. En fin, lo que ha alejado a Irán de las armas nucleares son las creencias éticas y religiosas así como estratégicos y sensato cálculos. Irán nunca ha caído en la tentación de pensar en esta sucia arma, ni ha dado pasos en este camino y nunca ha estado buscando situarse en el umbral nuclear, ni siquiera cuando ha experimentado las peores condiciones de cooperación con la AIEA y las confrontaciones del Occidente.

Irán no ha realizado ningún tipo de pruebes nucleares y no ha elevado el enriquecimiento de uranio a niveles militares. Irán ha declarado claramente, en repetidas ocasiones, que considera prohibido, por la emisión de una fatua religiosa, cualquier tipo de fabricación, almacenamiento o uso de armas nucleares bajo cualquier razón y contra cualquier país. Esta fatua es una orden política y religiosa de obligatoria ejecución. Pero al mismo tiempo ha dejado claro que en el marco de respetar su dignidad histórica y sus legítimos objetivos de acceder las distintas áreas de las ciencias y técnicas, entre ellas la tecnología nuclear bajo normas internacionales, no aceptará ningún tipo de discriminación o de apartheid científico.

OPORTUNIDAD ECONÓMICA

Además de organismos diplomáticos y mediáticos, las maratónicas negociaciones nucleares son seguidas con entusiasmo por los círculos comerciales y económicos, los industriales y los empresarios, los directores de uniones comerciales, los grupos industriales y las entidades financieras y de crédito. Ellos piensan en un rápido retorno al mercado iraní tras la consecución del acuerdo y el levantamiento de las sanciones.

El gran mercado de 80 millones de habitantes de Irán y su acceso al mercado de 350 millones de habitantes de países vecinos es otra de las características de Irán cuya importancia se nota en el fácil acceso al mercado de estos países y la existente estructura de comunicaciones por rieles, puertos y carreteas con los vecinos. La notable llegada de las grandes compañías energéticas internacionales al mercado iraní, aun cuando todavía no se ha levantado las sanciones, indica por sí solo, la gran potencialidades de Irán sobre todo en áreas como las industrias petroleras, gasíferas y petroquímicas, la industria de automoción, las energías renovables y las industrias pesadas.

El levantamiento de las sanciones económicas y la agilización de los intercambios monetarios, financieros y de seguros, facilitará las aptas condiciones para la presencia de compañías extranjeras para actividades como la inversión, el intercambio comercial e industrial y el turismo.

Las partes negociadoras coinciden en la necesidad de alcanzar un buen acuerdo, la reversibilidad de los acuerdos en caso del incumplimiento de los compromisos y en continuar las presentes negociaciones durante una semana tras el plazo de 30 de junio. La voluntad de la República Islámica de Irán consiste en continuar seriamente y con la voluntad política las negociaciones así como esforzarse por lograr un buen, lógico y justo acuerdo.

Las negociaciones se encuentran en el tiempo añadido en el que pensamientos ilusorios y exigencias desmedidas son la plaga ante un histórico y recíprocamente beneficioso logro. El éxito o el fracaso de las negociaciones tendrán impactos sobre un espectro de asuntos internos, regionales e internacionales. La resolución pacífica de la cuestión nuclear iraní y enfrentarse al peligro originado del terrorismo takfirí que amenaza la seguridad mundial son, hoy en día, prioridades insustituibles. Si las presentes negociaciones se continúan en base a los acuerdo del pasado mes de abril en Lausana y se abstienen de plantar asuntos no incluidos o nuevos asuntos, la consecución del acuerdo será muy factible.

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