MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Israel ha anunciado este martes la ilegalización de la rama norte del Movimiento Islámico, organización liderada por el jeque Raed Salá, según un comunicado publicado esta madrugada por la oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
"El significado de esta decisión es que cualquier entidad o individuo que pertenezca al grupo y cualquier individuo que dé servicio a esta organización u opere bajo sus auspicios habrá violado el estatuto criminal y será encarcelado", ha dicho.
En su comunicado, la oficina de Netanyahu ha destacado que "desde hace años, la rama norte del Movimiento Islámico ha llevado a cabo una campaña de incitación bajo el eslógan de 'Al Aqsa está en peligro', acusando falsamente a Israel de intentar dañar la Mezquita de Al Aqsa y violar el 'status quo'".
"Como parte de estos esfuerzos, la rama norte (de la organización) ha creado grupos de activistas cuyo trabajo era provocar en el Monte del Templo --nombre con el que conocen los judíos a la Explanada de las Mezquitas--", ha agregado.
"Estas actividades han provocado un incremento significativo de las tensiones en el Monte del Templo. Una parte importante de los ataques llevados a cabo recientemente han tenido lugar en este contexto de incitación y propaganda", ha manifestado.
Asimismo, ha asegurado que la rama norte del Movimiento Islámico "es una organización separatista y racista que no reconoce las instituciones del Estado de Israel", al tiempo que ha recalcado que "es una organización hermanada con Hamás".
"El Movimiento Islámico es parte de la estructura mundial de Hermanos Musulmanes. Los dos movimientos comparten una ideología extremista y un objetivo común: destruir Israel", ha añadido.
Por último, la oficina de Netanyahu ha recalcado que "la decisión no va contra la comunidad árabe y musulmana en Israel, que en su mayoría cumple con la legislación del país, incluyendo aquellas sobre incitación y terrorismo".
Salá ha sido condenado en numerosas ocasiones por diversos cargos, entre ellos financiar a Hamás, contactar con agentes iraníes, agredir a un policía y encabezar manifestaciones violentas.
El Movimiento Islámico, que dirige sus propios servicios religiosos y de educación islámica, ha estado en primera fila de las protestas contra las políticas gubernamentales contra la minoría árabe y los palestinos en los territorios ocupados.
