JERUSALÉN/BEIRUT, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
Siete días de ofensiva israelí contra Líbano dejan un balance trágico. Ya han muerto al menos 220 personas y se han producido 65.000 desplazados internos, además de los centenares de extranjeros que han abandonado el país. Fuentes oficiales israelíes afirman que la ofensiva ha conseguido destruir entre el 40 y el 50 por ciento de la capacidad militar de Hezbolá, pero la milicia chií mantiene sus ataques. El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior y Seguridad Común, Javier Solana, se ha desplazado hasta la zona para tratar de impulsar la presencia de una fuerza de paz multinacional, una idea que cuenta con el beneplácito de Naciones Unidas.
Los ataques que durante el día de ayer lanzó Israel contra Líbano provocaron al menos 23 muertos. Esta cifra supone que los bombardeos de la aviación israelí han dejado ya al menos 220 fallecidos en menos de una semana. Además, según un portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja en Beirut, Hichan Hassan, los desplazados internos se cuentan por miles. "Los últimos datos de que disponemos procedentes de las autoridades hablan de 65.000 personas. No obstante, miles de personas se desplazan hacia otras zonas y es difícil seguirles la pista", dijo.
Según un informe del ejército israelí, que publicó el martes el diario 'Jerusalem Post', los seis primeros días de ofensiva militar han acabado con entre el 40 y el 50 por ciento de la capacidad militar de Hezbolá. Este mismo informe habla de que será necesaria otra semana más para conseguir que Hezbolá deje de ser una amenaza para Israel, lo que supone una clara amenaza de las que hostilidades continuarán. Y la milicia chií contestará como lo está haciendo estos días: este mismo martes cayó una nueva batería de cohetes en la ciudad de Nahariya, donde murió al menos una persona.
Las declaraciones de dirigentes israelíes dejan ver cuáles son las intenciones en esta ofensiva de cara a los próximos días. El primer ministro, Ehud Olmert, aseguró, como ya ha hecho en días precedentes, que "Israel continuará la lucha con Hezbolá hasta que los soldados secuestrados sean devueltos y hasta que la seguridad de los ciudadanos israelíes esté garantizada". Y para ello, el número dos del Ejército, el mayor general Moshe Kaplinski, no descartó una invasión terrestre a Líbano.
Tzipi Livni, ministra de Asuntos Exteriores israelí, aseguró que la operación militar continuará mientras se despliegue el aparato diplomático. Y la exigencia de Israel es la misma de siempre: el desarme de Hezbolá. Además, consideró imprescindible "evitar que Irán y Siria, y desde Irán a través de Siria, se arme a Hezbolá en el futuro". De hecho, la aviación israelí afirma haber bombardeado cuatro camiones cargados de armas procedentes de Siria con destino Líbano.
LA FUERZA INTERNACIONAL
Si bien Livni afirmó que Israel no pondría objeciones al despliegue de tropas libanesas, y así se lo transmitió a los negociadores de la ONU, no habló de una fuerza internacional que ya propuso el primer ministro británico, Tony Blair, con el respaldo del secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan. Javier Solana, en nombre de la UE, visita de nuevo la zona precisamente para tratar de impulsar con los principales actores el establecimiento de una fuerza de pacificación en la frontera.
Solana confía en que la fuerza de paz salga adelante, pero también advirtió que no será "una cosa para mañana". Mister Pesc se entrevistará este miércoles con diferentes responsables israelíes y volverá a Bruselas el viernes. Solana ya ha charlado con la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que también tiene previsto desplazarse a la zona en un intento de rebajar la tensión. El secretario general de Naciones Unidas ya ha realizado un llamamiento a los países de la UE para que se sumen a esta fuerza de paz en caso de que finalmente se constituya.
Otro factor que puede impedir el fin de las hostilidades es el abrumador apoyo que los israelíes dan a su Gobierno en la ofensiva contra Líbano. Según una encuesta que publica el diario 'Yediot Aharonot', hasta el 80 por ciento de los ciudadanos se muestra a favor de la operación militar contra Hezbolá. Un 60 por ciento va más lejos y apuesta por continuar hasta la completa destrucción de la milicia chií. Esta es la primera encuesta que se conoce desde el inicio de la crisis.