Los servicios de Inteligencia advierten que se trata de atentados para condicionar al nuevo Gobierno
ROMA, 5 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -
Italia vuelve a llorar la muerte de sus soldados destacados en misiones internacionales después de que hoy fallecieran dos militares del Cuerpo de los Alpinos en Kabul, cuando estalló una bomba al paso del vehículo en el que viajaban y pocos días después de la muerte de tres efectivos en Afganistán mediante el mismo método.
En el atentado de hoy murieron el teniente Manuel Fiorito, de 27 años y Luca Polsinelli, de 28 años, mientras que resultaron heridos otros cuatro soldados del Regimiento de Alpinos. Mientras, el pasado 2 de mayo todo el país despedía ante miles de personas en la Iglesia de Santa María de Los Angeles en Roma a los tres jóvenes militares italianos que perdieron la vida el pasado 27 de marzo después de un atentado en la ciudad de Nasiriya, en el sur de Irak.
Desde todo el mundo político llegaron declaraciones de pésame y de dolor por el nuevo atentado. El presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, mostró su "inmenso dolor" por el atentado, mientras que el ex presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, afirmó que "difundir la democracia cuesta a veces un precio elevado".
Por su parte, el futuro presidente del Gobierno y líder del centro-izquierda, Romano Prodi, valoró que el "problema más grande del país en estos momentos es el tributo que están dando los soldados para la paz y la estabilidad".
Prodi, al ser preguntado sobre si el nuevo atentado cambiará su programa de retirada gradual de las tropas italianas en países como Irak o Afganistán, reconoció que "Afganistán es un problema, ya que en el país se vive una situación muy grave". "El problema del tributo que viene dado por nuestros soldados para la paz y la estabilidad está entre los más grandes. Quizá, en estos momentos es el mayor problema de nuestro país", agregó.
Por otra parte, el presidente de la Cámara de Diputados y líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, realizó un llamamiento para que "la política recoja todas las peticiones de paz y de convivencia" que llegan desde estos países.
Según los servicios secretos italianos, los atentados son "un mensaje al nuevo Gobierno para que retire las tropas italianas de estas zonas" y no cree que se trate de una casualidad lo que ha ocurrido hoy en Afganistán y el pasado atentado en Nasiriya.
Justo ayer se produjo el cambio del comando de la Fuerza Internacional de Apoyo a la Seguridad (ISAF) en Kabul, que pasó del general italiano Mauro De Vecchio a los británicos. Italia estuvo al mando durante los últimos nueve meses y los soldados italianos en el país son 1.450 en Kabul y unos 400 en la ciudad de Herat.