ROMA 12 Abr. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -
El jefe de Estado italiano, Carlo Azeglio Ciampi, comunicó hoy en una nota que se prevé un plazo largo para la formación del nuevo gobierno tras las elecciones del pasado 9 y 10 de abril debido a que el próximo 13 de mayo se acaba su mandado.
Al igual que el líder de La Unión, Romano Prodi, que tras asegurarse la victoria aunque por pocos votos afirmó que el gobierno se formará después de algunos meses y que será el nuevo presidente de la República el encargado de pedir la formación de gobierno, por lo que se prevé que hasta mediados de junio no se podrá conocer al nuevo ejecutivo.
Prodi se entrevisto hoy con Ciampi y tras la reunión anunció que no habrá dimisiones anticipadas del presidente de la República por lo que se respetará la fecha del 13 de mayo. Para elegir al sustituto se tendrán que elegir los presidentes de Cámara y Senado y reunir el Parlamento.
"Existen fechas que se tienen que respetar imprescindiblemente por lo que se prevé un plazo largo para la formación del gobierno", afirma la nota de la presidencia de la República. Tras la visita de Prodi a Ciampi, esta tarde está previsto que llegue el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi
Italia vivirá además el 28 y 29 de mayo una nueva jornada electoral ya que se realizarán elecciones en importantes provincias, ayuntamientos y regiones, y si existen empates se votará en segunda ronda el 11 de junio.
En las elecciones municipales están llamados a votar 19 millones de italianos y será de gran importancia el resultado que se producirá en ciudades como Roma y Milan, mientras que 3 millones de italianos elegirán los nueve nuevos gobernadores de provincia. Además, se votará en la región de Sicilia.
Además, después del 10 de junio, está previsto que se celebre el anunciado referéndum sobre la ley que introduce el federalismo en el país ya que, tratándose de un cambio de la Constitución, y al no haberse aprobado con dos tercios del Parlamento, los italianos tendrán que expresarse sobre ello.
La ley, que cambia 50 artículos de la Constitución italiana, prevé la "devolución" del poder del Estado a las regiones, que tendrán una mayor autonomía. Asigna competencias exclusivas en materia sanitaria, escolar y de Policía Local, aunque no prevé crear parlamentos autónomos.