El jefe de la banda que secuestró a un menor Chino niega su participación

Actualizado: martes, 10 abril 2012 16:06

MADRID, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

El presunto cabecilla de la banda que secuestro a un menor chino en el distrito madrileño de Usera ha negado en el juicio haber participado en el rapto y ha insistido al tribunal que nunca ha estado en la localidad toledana de Illescas, puesto que trabaja "364 días" en la tienda de móviles que regenta en la capital.

La Audiencia de Madrid ha comenzado a juzgar a siete presuntos miembros de la mafia china que se enfrentan a 15 años de prisión cada uno por el secuestro del chico, que se perpetró el 3 de enero de 2009 frente a la tienda que regentaban sus padres.

En el banquillo de los acusados se sientan Yichuan D., Shen C., Jianguang C., Jin C., Jin S., Yixing Z., y Guangyu Z. por un delito de detención, lesiones agravadas y tenencia ilícita de armas. Cuatro de los procesados han negado los hechos que se les imputan, a pesar de que la víctima les identificó en las ruedas de reconocimiento. Tres de ellos se han negado a declarar, pero han reconocido los hechos del escrito de acusación.

El joven fue liberado el 13 de enero de ese año en la localidad toledana de Illescas, donde el grupo había alquilado un piso para llevar a cabo el cautiverio. Durante ese tiempo, el chico estuvo encapuchado y recibió golpes de diversa consideración.

El supuesto jefe de la banda, Jianguang C., ha negado su participación en el rapto, así como conocer al resto de los procesados y a la familia del secuestrado. Además, ha dicho que nunca ha estado en Illescas porque trabaja todos los días del año. Sin embargo, la víctima le reconoció en una rueda de reconocimiento.

Asimismo, Shen C. ha negado que se pusiera en contacto bajo una identidad falsa con la víctima a través del QQ, el 'messenger' utilizado por los chinos, para quedar en la biblioteca donde se produjo el rapto. El procesado, que conocía a la familia del chico, ha negado que les aconsejara pagar el rescate de 300.000 euros que se les exigió.

Según el fiscal, los procesados decidieron llevar a cabo en enero de 2009 el secuestro de Jianzhi Z. con la finalidad de exigir a su familia por su liberación el pago de 300.000 euros. Así, los acusados emplearon la falsa de identidad de un joven que se identificó como Xiao Yi, de 17 años, para concertar una cita con la víctima.

Así, sobre las 20.08 horas del 3 de enero de 2009, el joven acudió a las proximidades de la biblioteca situada en la calle Rafaela Ibarra, donde había concertado la cita. Cuando estaba esperando, se detuvo una furgoneta y le introdujeron en la misma.

SECUESTRO DEL JOVEN

En la madrugada del 4 de enero de 2009, una ciudadana de nacionalidad china denunció en la Comisaría del distrito de Usera la desaparición de su único hijo. El joven había salido a cenar esa noche y sobre las 23.00 horas la familia recibió dos llamadas telefónicas de un compatriota que, desde el propio teléfono de su hijo, exigía un rescate de 300.000 euros por su liberación.

En ese momento, se activó el protocolo nacional de secuestros, dando conocimiento respectivamente a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, al Grupo V de Extranjería y Fronteras -especializado en mafias chinas-, y la Sección de Secuestros y Extorsiones de la UDEV Central.

Con el apoyo de negociadores y por la investigación conjunta de las tres unidades, los investigadores averiguaron que el adolescente no había quedado con ninguno de sus amigos, sino con una presunta chica a la que había conocido por Internet. Su rastro se perdió en el barrio de Usera sobre las 20.00 horas del 3 de enero.

Tras seguir la pista a los captores, los agentes entablaron una negociación entre los secuestradores y la familia. La cantidad exigida por los delincuentes excedía con mucho de las capacidades económicas de los padres.

FAMILIA, PRESIONADA

A la familia se la sometió durante los días que duró el secuestro a una serie de presiones para conseguir que pagaran el rescate. En dos ocasiones, a través de 'webcam', los delincuentes les mostraron a su hijo, con los ojos vendados, pidiendo que pagaran el rescate y manifestando estar siendo maltratado e incluso le habían golpeado.

Por parte del equipo conjunto, formado por las tres unidades de investigación, se realizaron múltiples identificaciones, seguimientos e incluso se llegó a controlar un intento de pago que resultó fallido.

Con todos los datos obtenidos, los agentes establecieron una conexión entre los autores del presente secuestro con otro ocurrido a principios de octubre de 2008. En esa ocasión se apoderaron de un niño de corta edad que también fue liberado con éxito por la Policía Nacional y se detuvo a parte de la banda de secuestradores, mientras que al menos dos de ellos se habían dado a la fuga.

(EUROPA PRESS)