MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) la reclamado la liberación "inmediata e incondicional" de un activista kirguís por los Derechos Humanos de etnia uzbeca, Azimjan Askarov, que fue condenado ayer miércoles a cadena perpetua "en un juicio injusto" por su supuesta participación en la muerte de un policía durante los disturbios del pasado mes de junio en el sur de Kirguistán.
Askarov, directir de la organización de Derechos Humanos Vozdukh (Aire), fue condeado a perpetuidad y a la confiscación de sus bienes por el tribunal de distrito de Nooken, en el sur del país, tras un "proceso injusto".
Había sido también acusado y declarado culpable de intento de participación en una toma de rehenes, almacenaje de municiones, almacenaje de documentos extremistas, incitación al odio étnico y organización de disturbios.
"Los cargos presentados contra Azimjan Askarov habían sido inventados", declaró la directora adjunta del programa para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional, Andrea Huber. "Han ido a por él debido a sus actividades legítimas en favor de los Derechos Humanos y debe ser liberado inmediatamente", agregó.
Askarov había filmado y fotografiado los homicidios y los incendios voluntarios perpetrados fundamentalmente contra viviendas de uzbecos. Asimismo, según AI, había recogido elementos suficientes para imputar a las fuerzas de seguridad en la violencia que estalló el pasado mes de junio en la localidad de Bazar Korgan, antes de ser detenido por la Policía el 15 de ese mismo mes.
Seis hombres y una mujer fueron juzgados junto a él por diversos cargos, sobre todo por la organización de disturbios, y por su implicación en la muerte de un agente de Policía en Bazar Korgan, quien falleció el 13 de junio a manos de una multitud que había levantado una barricada en una autopista del sur de Kirguistán. Cuatro de los acusados han sido condenados a prisión perpetua y a la confiscación de sus bienes y otros tres a penas de entre nueve y veinte años de cárcel.
Según AI, hay indicios de que los procesados fueron golpeados bajo custodia y varios observadores de Derechos Humanos "han constatado otras irregularidades".
Por ejemplo, "en lo que supone una violación de las normas de justicia, el abogado de Azimjan Askarov no fue autorizado a entrevistarse con su cliente, mientras que otras personas presentes en el tribunal, principalmente policías y familiares de la víctima, pudieron interrogar al acusado de forma improvisada".
"Los familiares del policía asesinado agredieron a los abogados en la sala de audiencias", añadió Amnistía. "La injusticia del proceso de Azimjan Askarov fue flagrante", declaró Huber.
Kirguistán, una ex república soviética en Asia Central, presenció varios días de violencia étnica hace tres meses. Las autoridades afirman que unas 400 personas, y posiblemente cientos más, murieron durante los enfrentamientos entre kirguises de etnia uzbeka, minoría en el país, y los de origen kirguís, destrozando parte de las ciudades de Osh y Jalalabad, en el sur.
Un tribunal situado en la aldea de Nooken, cerca de Jalalabad, halló culpables a siete hombres y a una mujer por matar a un policía, fomentar el odio racial, instigar a la violencia y organizar disturbios públicos, según declaró un activista kirguís, Sardar Bagshibekov.
