Lago Chad: Diez años de Boko Haram, diez millones de afectados

África.- Lago Chad: Diez años de Boko Haram, diez millones de afectados
UNOCHA/NAOMI FREROTTE - Archivo 
Actualizado: domingo, 9 junio 2019 12:59

Tanto el grupo que lidera Shekau como la filial de Estado Islámico en la región han intensificado los ataques este año

MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) -

Diez años después de que el grupo islamista Boko Haram iniciara sus acciones armadas en el noreste de Nigeria, su actividad se ha extendido a los otros tres países a los que baña el lago Chad y hay cerca de diez millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, casi la mitad de la población de la región.

El conflicto, lejos de haberse resuelto como prometió en su día el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, parece haberse recrudecido en los últimos meses, con frecuentes ataques en los cuatro países afectados --Nigeria, Níger, Chad y Camerún--. Detrás de esta intensificación está en parte la escisión sufrida por Boko Haram en el año 2016.

El grupo liderado por Abubakar Shekau juró en 2015 lealtad a Estado Islámico, pero un año después, en agosto de 2016, su líder, Abu Bakr al Baghdadi, decidió apartarle como líder de su 'provincia' en África Occidental (ISWA, por sus siglas en inglés) y poner en su lugar a Abú Musab al Barnaui, hijo del fundador de Boko Haram Mohamed Yusuf. El pasado marzo se produjo un nuevo relevo al frente de ISWA, pasando a ocupar el cargo Abú Abdulá ibn Umar al Barnaui --sin relación con el anterior--.

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A raíz del cambio de líder en 2016, lo que había sido Boko Haram quedó dividido en dos facciones. La liderada por Shekau, que aún se considera parte de Estado Islámico, cuenta con unos 1.000 milicianos y ha centrado sus operaciones en la zona del bosque de Sambisa, cerca de la frontera con Camerún. Por su parte, la liderada hasta ahora por Al Barnaui tendría unos 3.500 combatientes que operan principalmente en la zona del lago Chad próxima a Níger.

Boko Haram comenzó su actividad en el noreste de Nigeria, principalmente en el estado de Borno, pero también en Yobe y Adamawa, extendiendo sus acciones a los demás países ribereños del lago Chad a partir de 2012.

En estos diez años, el grupo terrorista --tanto su matriz como su escisión-- ha actuado principalmente en Nigeria, donde se han producido más del 70 por ciento de los actos violentos que se le atribuyen y el 80 por ciento de las víctimas, según datos recabados por Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED). Sin embargo, este patrón parece estar cambiando en 2019, ya que alrededor de la mitad de sus acciones han tenido lugar fuera de Nigeria.

El hecho de que las autoridades de los cuatro países, y con ellas la población, no hagan distinción entre Boko Haram y la filial de Estado Islámico, en ocasiones genera confusión sobre cuál de los grupos está detrás de determinadas acciones, si bien todo parece indicar que los combatientes de ISWA han intensificado sus ataques en los últimos meses.

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MILES DE MUERTOS Y MILLONES DE DESPLAZADOS

El resultado de todo ello, además de los miles de muertos, son 2,5 millones de personas desplazadas en la región, algunas de las cuales han tenido que cruzar la frontera para refugiarse en los países vecinos, una tendencia que se ha repetido este año en varias ocasiones. Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en los cuatro primeros meses de 2019 hubo 175 incidentes de seguridad que dejaron al menos 744 muertos.

Así, una ola de ataques a principios de año en Rann, una localidad nigeriana próxima a Camerún, dejó alrededor de un centenar de muertos y provocó la huida de 40.000 personas hacia el país vecino, unas 30.000 de las cuales regresaron en febrero bajo escolta militar --tras las presiones de las autoridades de ambos países-- pero permanecen sin recibir asistencia puesto que las principales organizaciones humanitarias que estaban presentes en la localidad suspendieron sus actividades.

Nigeria es sin duda el país más afectado en términos humanitarios por la violencia. En los tres estados del noreste hay 7,1 millones de personas afectadas, si bien el refuerzo de las actividades de las agencias humanitarias ha permitido una ligera reducción del 8 por ciento con respecto a hace un año. Además, hay 1,7 millones de desplazados internos, muchos de los cuales residen en campamentos cuya capacidad hace mucho tiempo quedó superada.

Camerún es el segundo país más afectado por esta crisis. En total, 1,9 millones de personas necesitan ayuda en la región Extremo Norte, donde hay casi 250.000 desplazados internos y residen también más de 100.000 refugiados nigerianos. Según la ONU, entre el 1 de diciembre y el 30 de abril se registraron en el país 83 incidentes de seguridad relacionados con los dos grupos armados que se saldaron con 83 víctimas civiles.

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En cuanto a Chad, también ha experimentado un aumento de los ataques en los últimos meses. En este mismo periodo, ha habido 24 incidentes con un saldo de 33 civiles muertos. Además, el Ejército chadiano ha sufrido bajas considerables. Así, un ataque en la provincia de Lago se saldó con 23 soldados muertos y provocó el reemplazo del jefe del Ejército por orden del presidente, Idriss Déby.

Como resultado, desde principios de año unas 22.000 personas se han visto desplazadas en la provincia de Lago, incluidos refugiados nigerianos y chadianos retornados de Níger. En total, hay unos 130.000 desplazados internos y cerca de 16.000 refugiados.

Por último, en Níger, la región de Diffa ha experimentado en las últimas semanas un aumento en el número de ataques y unas 18.500 personas se han visto desplazadas. Solo en marzo, hubo al menos 21 ataques contra objetivos militares y civiles, mientras que en lo que va de año se contabilizan ya 88 civiles muertos, frente a los 107 que hubo durante todo 2018. En total, la región alberga a unos 250.000 desplazados.

"MUCHOS SOBREVIVEN SOLO CON LA AYUDA HUMANITARIA"

"Casi 10 millones de personas aún necesitan asistencia humanitaria en toda el área y muchos solo sobreviven gracias a la distribución de ayuda", resume Sofie Garde Thomle, la jefa de la oficina de la OCHA para África Central y Occidental. "Este no es un momento en el que podamos reducir esfuerzos, al contrario, estamos en un periodo muy crítico de la respuesta", subraya en declaraciones a Europa Press.

"La estación de lluvias está comenzando y coincide con el momento del año en el que muchas familias y comunidades desplazadas han agotado sus reservas de alimentos y por tanto hay mayores niveles de hambre", explica la responsable de la OCHA, subrayando que la inseguridad "ha impedido que millones de agricultores cultiven sus tierras".

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Las lluvias también aumentan el riesgo de enfermedades como el cólera y la malaria. "Miles de nuevos desplazados actualmente duermen a la intemperie en el noreste de Nigeria y además muchos de los campos, especialmente en Borno y en Extremo Norte, están abarrotados, lo que aumenta el riesgo".

El principal obstáculo para las agencias humanitarias siguen siendo la inseguridad y la falta de fondos. De los más de 1.300 millones de dólares solicitados para este año, solo se han recibido el 18 por ciento. "La comunidad internacional debe mantener su nivel de compromiso ya que la crisis dista mucho de haber terminado", advierte.

Garde Thomle subraya que muchas de las personas que se están viendo desplazadas este año "están huyendo por segunda o tercera vez". "El desplazamiento es cada vez más complejo, incluidos movimientos transfronterizos, en los que algunas personas se ven forzadas a huir repetidamente de un lado a otro de la frontera", indica, subrayando que la cifra actual de desplazados "es una de las más altas" registradas en la crisis.

Desde la ONU, remacha, tratan de "unir asistencia de emergencia a desarrollo a largo plazo para atajar las causas de la crisis". "Esto será esencial para evitar caer nuevamente en una emergencia humanitaria masiva", zanja.