Líbano abre un teléfono para que las trabajadoras domésticas puedan denunciar abusos

Una trabajadora doméstica en un refugio de Caritas en Líbano
CYNTHIA KARAM / REUTERS
Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 22 junio 2015 17:47


LONDRES, 22 Jun. (Reuters/EP) -

Las autoridades libanesas han abierto una línea telefónica 24 horas destinada específicamente a facilitar la denuncia de abusos por parte de las trabajadoras domésticas, más de 200.000 en todo el país y la mayoría inmigrantes, según los datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Estas inmigrantes trabajan bajo el sistema de la 'kafala', que expone a las trabajadoras domésticas inmigrantes a abusos como interminables jornadas laborales, falta de días libres, confinamiento en el lugar de trabajo o ausencia de vías para reclamar salarios impagados. La 'kafala' o tutela vincula los visados de los inmigrantes a sus empleadores y significa que éstos pueden negarse a que cambien de trabajo o abandonen el país.

En la línea de asistencia telefónica habrá trabajadores sociales que documentarán las denuncias y darán asesoramiento sobre atención sanitaria, legal y sobre los organismos públicos que pudieran beneficiar a estas trabajadoras. Las trabajadoras podrán acceder a estos servicios marcando el número 1740 desde cualquier teléfono de Líbano y se está publicitando su uso a través de vallas publicitarias en varios idiomas.

"Este proyecto es consecuencia de la preocupación del Ministerio de Trabajo por los Derechos Humanos", ha afirmado el ministro de Trabajo libanés, Sejaan Azzi. "Todas las trabajadoras domésticas tienen ahora un lugar donde presentar una queja si son sometidas a cualquier perjuicio o violación de su dignidad y ese lugar es el Ministerio de Trabajo", ha asegurado.

El 83 por ciento de las 53 millones de los trabajadores domésticos del mundo son mujeres, según la OIT. En la mayoría de los casos son trabajadoras que no tienen el amparo de la legislación laboral, por lo que están en una situación muy vulnerable.

En el caso de Líbano, la mayoría de las trabajadoras domésticas provienen de Etiopía, Bangladesh, Filipinas y Sri Lanka. Suelen vivir recluidas bajo llave y sus jornadas laborales son muy prolongadas, sin alimentos o salario adecuados. También son frecuentes los abusos físicos o sexuales, según organizaciones de defensa de los Derechos Humanos.

El pasado mes de marzo, la ONG Human Rights Watch instó a las autoridades libanesas a reconocer un sindicato de trabajadoras domésticas y pidió a Azzi que cumpliera su promesa de proteger los derechos de estas trabajadoras haciendo que los responsables de los abusos fueran procesados.

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