BEIRUT, 22 Jun. (EP/AP) -
El Ejército libanés confirmó hoy que controlar las principales bases en las que se atrincheran milicianos de Al Fatá al Islam en el campamento de refugiados de Nahr el Bared, a las afueras de la ciudad portuaria de Trípoli, a pesar de que todavía esta mañana se escucharon varias rondas de disparos de artillería de las tropas gubernamentales que tratan de detener a los restantes milicianos que aún permanecen en su interior.
Un "gran número" de líderes de la milicia, en palabras del ministro de Defensa libanés, Elias Murr, fueron abatidos durante los enfrentamientos, mientras que insinuó que el líder de Al Fatá al Islam, Shaker al Absi, y su lugarteniente, Abu Hureira, entre otros, se han refugiado en el interior del campamento, bien adentro, entre la población local, en bases no controladas por el Ejército. Otras informaciones aseguraron que Al Absi había sido dado por muerto en los enfrentamientos al no contestar las llamadas de medios de comunicación, y que al frente de la milicia se habría colocado Shihane Shihane.
En un comunicado, el Ejército reconoció que ha "completado su control sobre las principales posiciones (de Al Fatá al Islam) y estamos sofocando a los últimos miembros fugitivos del grupo", que todavía permanecen en Nahr el Bared, en el norte de Líbano.
Asimismo, el Ejército sin especificarlas citó los numerosos logros de sus efectivos contra la milicia, presuntamente vinculada con Al Qaeda, aunque subrayó que "no permitirá que la aguja del reloj se retrase".
Murr reconoció ayer la victoria del Ejército en Nahr el Bared después de constatar el fin de las operaciones militares, si bien matizó que el campamento todavía permanecería como "escenario de operaciones y bajo sitio" hasta la rendición de los últimos milicianos. "El Ejército está peinando la zonal, pero la organización terrorista ha sido vencida", declaró a una cadena de televisión privada.
DISPAROS ESPORÁDICOS
Nuevas rondas de disparos esporádicos de artillería y proyectiles pudieron escucharse hoy en Nahr el Bared, efectuadas por soldados gubernamentales a la caza de los últimos milicianos en su interior, mientras que un helicóptero militar de fabricación francesa sobrevolaba las inmediaciones del campamento.
Un agente de seguridad explicó que algunos de las explosiones escuchadas eran obra del Ejército cuyos efectivos detonaban minas y artefactos explosivos, aún sin detonar, y colocados estratégicamente por los milicianos en el interior del campo de refugiados palestinos, donde todavía permanecen hasta 5.000 de los 33.000 que hace cinco semanas residían en él.
Los enfrentamientos en Nahr el Bared que estallaron el 20 de mayo --el peor episodio de violencia después de la sangrienta guerra civil en Líbano que se desarrolló entre 1975 y 1990-- se han cobrado la vida de más de 150 personas, entre ellos, 75 soldados, al menos 60 milicianos y más de 20 civiles.
