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LONDRES, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional pidió hoy a la ONU la creación urgente de una comisión que investigue adecuadamente los indicios de violaciones de los Derechos Humanos durante el conflicto entre Israel y la guerrilla chií libanesa Hezbolá. También pide la imposición de un embargo inmediato de armas contra ambas partes y la suspensión inmediata de la utilización de bombas de racimo.
"Se necesita con urgencia una investigación completa e imparcial dirigida por la ONU que prevea la concesión de reparaciones a las víctimas", afirmó el director del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de AI, Malcolm Smart. "Cualquier otra cosa no sólo sería una grave traición a las víctimas civiles, entre las que hubo más de mil muertos, sino también la fórmula para que se vuelva a derramar la sangre de civiles con impunidad", explicó.
Esta demanda coincide con la publicación de un informe sobre las violaciones perpetradas durante el conflicto, sobre todo en lo referente a los ataques israelíes contra la población civil y a las denuncias israelíes sobre la utilización de "escudos humanos" por parte de Hezbolá.
El informe de la ONG denuncia que tres meses después del alto el fuego "ninguna de las partes ha iniciado siquiera investigaciones sobre las graves violaciones cometidas durante el conflicto". Sin embargo, sí considera demostrado que el Ejército israelí realizó "ataques indiscriminados y desproporcionados", como el constante bombardeo de artillería sobre el sur de Líbano.
AI cree "especialmente preocupante" el uso "generalizado" de bombas de racimo en zonas civiles durante los días previos a la entrada en vigor del alto el fuego, "un legado letal que aún malogra vidas de civiles".
En lo que respecta a las denuncias israelíes sobre las prácticas de Hezbolá, AI asegura haber tenido acceso a información que confirma que Hezbolá almacenó cohetes 'Katyusha' en poblados y los lanzó desde zonas civiles, pero "no está demostrado que hubiese civiles presentes ni que fueran utilizados como escudos humanos", según los casos examinados. Tampoco halló pruebas de que Hezbolá impidiese a la población civil huir de zonas que estaban siendo atacadas por Israel.
Este informe está basado en investigaciones desarrolladas en Líbano entre julio y septiembre de este año e incluye testimonios, entrevistas con las víctimas, reuniones con altos cargos del Ejército y los gobiernos de Israel y Líbano, así como con altos mandos de Hezbolá; información de grupos no gubernamentales y declaraciones oficiales y noticias de los medios de comunicación.
Según AI, Israel atacó infraestructuras y mantuvo un bloqueo marítimo, actos que considera un "castigo colectivo". También consideró a las ambulancias un objetivo militar y bombardeó convoyes civiles que huían de poblados y localidades del sur del Líbano cumpliendo las órdenes de Israel de evacuar las zonas.
A pesar del alto el fuego, las bombas de racimo constituyen una amenaza constante para la población civil libanesa, especialmente para los menores, ya que aproximadamente un millón de sub municiones sin explotar procedentes de estos artefactos siembran el suelo libanés.
AI también encuentra serias deficiencias en las investigaciones internas, cuando las ha habido, desarrolladas por Israel, Líbano o Hezbolá sobre las responsabilidad en estas violaciones.
Además, denuncia que la investigación desarrollada por cuatro expertos independientes de la ONU y la actual Comisión de Investigación establecida por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU "han tenido un alcance limitado y se han realizado bajo importantes limitaciones de tiempo y recursos".
