LONDRES 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) pidió hoy a Israel que facilite de forma inmediata los mapas de las zonas bombardeadas en Líbano en las que ha utilizado bombas de racimo, con el objetivo de posibilitar su eliminación y de impedir más lesiones a civiles. Asimismo, solicitó a Israel que coopere en la investigación exhaustiva e imparcial sobre el uso de dichas municiones.
Dicha petición llega tras el informe de Naciones Unidas según el cual el 90 por cien de los ataques israelíes con bombas de racimo ocurrieron en las últimas 72 horas del conflicto, cuando estaba a la vista un alto el fuego. El Centro de Coordinación de Acción contra las Minas de Naciones Unidas ha identificado hasta ahora unos 400 zonas de impacto de bombas que están contaminados con hasta 100.000 pequeñas bombas sin estallar.
Los delegados de Amnistía Internacional presentes en Líbano han encontrado muchas bombas de racimo sin estallar en los pueblos y, en algunos casos, dentro de las casas.
"El uso de bombas de racimo en lugares habitados es una clara violación de la prohibición de ataques indiscriminados y por lo tanto constituye una violación grave del derecho internacional humanitario", manifestó la secretaria general adjunta ejecutiva de Amnistía Internacional, Kate Gilmore.
"Resulta ultrajante que a pesar de los requerimientos oficiales de parte de Naciones Unidas, Israel no haya facilitado aún los mapas correspondientes a las zonas que fueron objetivos de sus bombas de racimo, lo que pone en peligro las vidas de civiles, y en particular menores, en Líbano", añadió.
Las armas de racimo se esparcen por una amplia superficie en forma de pequeñas bombas, muchos de las cuales no estallan con el impacto inicial. Por lo tanto siguen siendo letales para la población civil.
"Las bombas de racimo son de hecho minas antipersonales. Su uso generalizado en Líbano por parte del Ejército israelí ya se está cobrando cientos de miles de víctimas entre los hombres, mujeres, niños y niñas que vuelven a sus casas", declaró Kate Gilmore.
"Estados Unidos, el principal suministrador de armas a Israel y a otros países, no debe proporcionar este tipo de munición y debe comprometerse a una moratoria mundial sobre su uso", agregó.
Amnistía Internacional reiteró que el uso por parte de Israel de bombas de racimo subraya la necesidad de una investigación inmediata y exhaustiva de la ONU sobre esta y otros abusos graves del Derecho Internacional Humanitario cometidos tanto por Israel como por Hezbolá durante este conflicto.