MADRID, 22 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las tropas españolas destacadas en Líbano para velar por el cumplimiento del alto el fuego entre Israel y la milicia chií de Hezbolá han desactivado en torno a "un millar" de artefactos explosivos en el sur del país desde mediados de septiembre pasado, informó hoy su portavoz, teniente coronel José Luis Puig.
El portavoz precisó, en declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, que en la zona donde están destinados hay "por doquier" artefactos sin explotar y "no solamente en campo abierto", sino incluso "dentro de viviendas" y en "zonas próximas a la población". De ahí que los zapadores del Ejército español desactiven "a diario" bombas, siempre en contacto "permanente" con las Fuerzas Armadas libanesas y las autoridades locales, explicó.
Puig confirmó que el contingente permanece tranquilo y prosigue sus "cometidos habituales de apoyo al Ejército libanés y a la población del sur" de este país a pesar del asesinato ayer del ministro de Industria libanés Pierre Gemayel.
El teniente coronel explicó que la misión fundamental de los militares españoles es ayudar al Ejército libanés a extender su control en el sur del país además de prestar "asistencia sanitaria" a la población. En este sentido, dijo percibir una buena aceptación entre los ciudadanos libaneses a la presencia del Ejército español que, en opinión de Puig, ha entendido "perfectamente las ventajas del despliegue".
Por otra parte, Puig calificó de "hecho aislado" el incidente vivido por la misión española el pasado seis de noviembre, cuando uno de los puestos de observación de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano (FINUL) controlado por las tropas españolas en la localidad de Hula recibió un disparo de arma ligera que impactó en una ventana sin provocar daños ni personales ni materiales.
El portavoz militar reconoció que ese incidente "no se terminó de aclarar" y mencionó que en esa zona hay "cazadores", a pesar de que en este área del sur del Líbano la caza está prohibida.
Con respecto a las condiciones en las que viven los militares allí destinados, señaló que su base está situada en un "páramo" donde no había "absolutamente nada" a su llegada, por lo que están construyendo "desde cero" una base de "200.000 metros cuadrados habitables".
Aseguró por otra parte que la dieta que siguen los militares es "equilibrada" y quizás "un poco sobrepasada de calorías" y que todos los alimentos que ingieren, con la excepción de frutas y verduras que pasan un control sanitario, "vienen de España". Además, afirmó creer que entre los miembros del contingente no existen quejas con respecto a la alimentación, a pesar de la opinión de algunos familiares.
