NUEVA YORK 30 Mar. (EUROPA PRESS) -
La entrega a las autoridades sierraleonenses del ex presidente liberiano Charles Taylor para que responde ante el Tribunal Especial de la ONU sobre Sierra Leona supone "un paso enorme" para garantizar la justicia por las atrocidades cometidas en el oeste de Africa, afirmó hoy la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW).
"Este es un momento extraordinario para el pueblo de Africa Occidental", afirmó el director del Programa Internacional de Justicia, Richard Dicker. "El juicio a Taylor podría llevar la justicia tanto tiempo esperada a las víctimas de la brutal guerra de Sierra Leona y promover el imperio de la ley en una región devastada por la violencia", añadió.
Asimismo, HRW recuerda en su comunicado que el Tribunal Especial, dependiente hasta ahora de donaciones voluntarias, tiene problemas financieros constantes y carece de fondos suficientes para llevar a cabo sus operaciones, incluida la protección de testigos. "Ahora más que nunca, instamos a los donantes internacionales a aportar fondos adecuados para que el Tribunal pueda completar su trabajo con éxito", añadió Dicker.
Charles Taylor ingresó anoche en una prisión de Sierra Leona, donde deberá responder ante el Tribunal Especial de 17 cargos por crímenes de guerra y de lesa humanidad contra el pueblo de Sierra Leona por su apoyo a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF), liderados por el tristemente célebre Fody Sankoh, durante el conflicto sierraleonés (1991-2001).
Taylor fue detenido ayer por la Policía nigeriana, tan solo un día después de que el Gobierno de Abuja admitiera que había huido de su domicilio en el sur de Nigeria, donde se encontraba exiliado desde 2003, para eludir su entrega a Liberia, prometido el pasado fin de semana por el presidente nigeriano, Olusegun Obasanjo. El ex dictador fue posteriormente extraditado a Liberia desde donde fue trasladado de inmediato en un helicóptero de la ONU a Sierra Leona escoltado por agentes de Naciones Unidas.
En el acta de acusación, firmada en marzo de 2003, el Tribunal Especial para Sierra Leona inculpa a Charles Taylor --un multimillonario traficante de armas y diamantes que también financió a grupos armados en Guinea-Conakry y Costa de Marfil-- por crímenes contra la Humanidad cometidos en el contexto de "un amplio y sistemáticao ataque dirigido directamente contra la población civil" por los rebeldes de Sierra Leona, a quienes el ex mandatario supuestamente ayudó logísticamente y con armas entre 1996 y 2000.
Entre las acciones que según el Tribunal cometió el RUF con el apoyo o consentimiento de Taylor destacan los actos de terror contra civiles, incluidos castigos colectivos a las poblaciones que apoyaron al Gobierno electo de Sierra Leona o que no dieron suficiente ayuda a las tropas rebeldes, y los homicidios ilegales de civiles. "Las víctimas sufrieron con frecuencia disparos, hachazos hasta la muerte y quemaduras hasta la muerte", indica la acusación.
Asimismo, la acusación denuncia actos de violencia sexual contra las mujeres y niñas civiles, incluidas violaciones brutales, en ocasiones múltiples. Aparte, cientos de mujeres y niñas fueron obligadas a trabajar como esclavas sexuales, algunas de ellas durante años. El acta de acusación informa también de numerosos actos de violencia física contra civiles, incluidos cortes de miembros humanos u otras mutilaciones.
El Tribunal denuncia también el uso de niños soldados --niños y niñas menores de 15 años de edad-- en actos de combate. Muchos de estos menores habían sido secuestrados y posteriormente entrenados como combatientes en los campamentos de las fuerzas de Taylor, según la acusación.
También se incluye en la acusación la esclavización de civiles a los que se obligaba a trabajar en servicios domésticos y en las minas de diamantes, los saqueos e incendios de aldeas --en algunos casos fueron incendiadas todas las casas de algunos asentamientos-- y los ataques a las fuerzas de paz de Naciones Unidas y a trabajadores humanitarios, algunos de los cuales fueron asesinados y otros secuestrados.
En 1989, Taylor invadió Liberia al frente de un grupo rebelde procedente de la vecina Costa de Marfil. Fue el inicio de una guerra civil que en 14 años causó 200.000 muertos y forzó al desplazamiento a la mitad de la población. Taylor vivía exiliado en Calabar desde que se vio forzado a abandonar el poder en virtud del acuerdo de paz en 2003 que puso fin al conflicto de Liberia (que duró 14 años, entre 1989 y 2003).