MADRID, 20 Abr. (EUROPA PRESS) -
El líder rebelde de Sudán del Sur, Riek Machar, ha vuelto a aplazar este martes su viaje a la capital, Yuba, para jurar de nuevo su cargo como vicepresidente del país, citando problemas con los permisos de viaje.
En su comunicado, el Movimiento por la Liberación del Pueblo Sudanés-Oposición (SPML-O) ha afirmado que el general rebelde Simon Gatwech Dual --jefe del Estado Mayor de los rebeldes-- no ha conseguido aún los papeles.
Estaba previsto que Machar viajara a Yuba durante la jornada del lunes, si bien el desplazamiento se aplazó debido a que Gatwech Dual no consiguió el permiso para entrar a Etiopía, desde donde volaría a la capital sursudanesa.
Gatwech Dual es uno de los principales altos cargos militares de los rebeldes contra los que pesan sanciones de Naciones Unidas desde 2015 por su papel en el conflicto en el país africano.
Por su parte, el Gobierno sursudanés ha criticado el nuevo aplazamiento del viaje de Machar, asegurando que el líder opositor ha hecho "demandas irreales", según ha informado la emisora local Eye Radio.
El ministro de Información, Michael Makuei, ha señalado que Machar "quiere llegar (a Yuba) con un arsenal, armas antitanque, misiles guiados por láser y ametralladoras pesadas".
En este sentido, ha recalcado que "el Gobierno no aceptará armas ni fuerzas adicionales en Yuba (al margen de las contempladas por el acuerdo de paz)".
El acuerdo de paz contempla que sólo 3.420 soldados gubernamentales queden desplegados en la capital durante el periodo de transición, mientras que el resto permanecerán a una distancia mínima de 25 kilómetros.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha reaccionado con preocupación ante el nuevo aplazamiento del viaje de Machar, advirtiendo de que "está dispuesto a hacer frente a cualquier obstrucción a la aplicación del acuerdo".
En esta misma línea se ha expresado Estados Unidos, que ha mostrado su "gran decepción" por el hecho de que Machar "no haya cumplido con sus compromisos bajo el acuerdo de paz".
El presidente del país, Salva Kiir, cesó a Machar como vicepresidente en 2013 y, a finales de ese año, se desató una guerra entre militares leales a ambos dirigentes que terminó por reabrir un enfrentamiento étnico. Miles de personas perdieron la vida y 2,3 millones tuvieron que abandonar sus hogares.
Después de meses de infructuosas negociaciones y fallidas treguas, finalmente las partes alcanzaron en enero un acuerdo de paz por virtud del cual Kiir y Machar se comprometieron a formar un gobierno de unidad nacional.