JARTUM 29 Mar. (EP/AP) -
Los dirigentes árabes concluyeron hoy su cumbre anual en Jartum con sus tradicionales promesas de solidaridad con los palestinos y los iraquíes. La cita de dos días, devaluada por la ausencia de algunos de los principales jefes de Estado, también apoyó a Sudán en su oposición al despliegue de una fuerza de mantenimiento de paz de la ONU en su región de Darfur.
En una señal de la apatía en torno a estas reuniones, Arabia Saudí, anfitriona de la cita del año próximo, declinó albergar la cumbre de 2007, diciendo que prefiere que se celebre en Egipto, donde se encuentra la sede de la Liga Arabe. Las cumbres anuales del organismo panárabe regularmente tratan sobre los retos regionales pero a menudo han sido criticadas por concluir con resoluciones largas y retóricas pero carentes de acciones concretas.
El ministro de Exteriores iraquí, Hoshyar Zebari, pidió un compromiso árabe firme hacia su país. Durante su mensaje en la sesión final, el ministro consideró que "es nuestro derecho decir a nuestros hermanos, tras décadas de régimen autoritario y guerras, que esperamos de ellos apoyo para nuestro camino político y que amplíen cualquier ayuda y respaldo que contribuya a aislar al terrorismo y secar las fuentes que financian sus actividades".
"Es nuestro derecho pediros que elevéis vuestra representación diplomática a nivel de embajadores y que seáis generosos visitando Bagdad, nuestra histórica capital", añadió Zebari, que también pidió a los países árabes que perdonen la deuda iraquí.
La resolución aprobada por la cumbre sobre Irak conviene en enviar diplomáticos a Bagdad, aunque no da un plazo. Los países árabes se han mostrado dubitativos sobre el envío de diplomáticos de alto nivel a Bagdad, tras el secuestro de diplomáticos argelinos y egipcios el año pasado.
Por otra parte, la Declaración de Jartum también saluda las elecciones parlamentarias palestinas de enero, que dieron una aplastante victoria a Hamás, y pidió a la comunidad internacional que respete los resultados de dicha votación. Los líderes renovaron su compromiso con la Iniciativa Arabe de Paz de 2002, que ofreció a Israel una paz global a cambio de la retirada de las tierras árabes. Israel rechazó dicha iniciativa.
Por otra parte, en un apoyo al presidente sudanés, Omar al Bashir, los dirigentes árabes prometieron ayuda financiera para la misión de paz de la Unión Africana en la región de Darfur y rechazaron la imposición de una fuerza encabezada por la ONU sin el permiso de Jartum.
Además, y por sorpresa, el secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, instó a los países árabes a desarrollar energía nuclear pacífica, y dijo que Israel debería comprometerse con el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y prometer que no desarrollará armas nucleares. "Tiene que ver con toda la situación nuclear en la región y con el derecho al uso pacífico de la energía nuclear y la prevención de una carrera armamentística militar", señaló durante la sesión de clausura.
"Es necesario que esto se aplique a Israel y a los demás. cuando hablo de Israel, hablo sobre él como Estado en la región, no hablo sobre él en el contexto del conflicto en Oriente Próximo. Mientras sea un Estado en la región, debería cumplir con todos los países de la región no trabajando en la proliferación de armas nucleares o comprometiéndose en una carrera armamentística nuclear", precisó.