MADRID, 26 Abr. (EUROPA PRESS) -
El principal grupo rebelde de la provincia de Kivu Norte (este), M23, ha abandonado repentinamente las negociaciones de paz que mantenía con el Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) en Kampala, una decisión que Kinshasa ha atribuido esta retirada a las "fuerzas invisibles" que "hay detrás del M23", en referencia implícita a Ruanda. Por su parte, la sociedad civil ha denunciado el despliegue del M23 en varios territorios de Kivu Norte y ha instado a la ONU a acelerar el despliegue de la Brigada de Intervención.
Según ha informado este viernes el diario congoleño 'Le Potentiel', el más leído del país, la dirección del M23 hizo ayer jueves un llamamiento de urgencia a sus delegados en la capital ugandesa, desde sus cuarteles generales en Bunagana (en Kivu Norte), para que abandonaran las negociaciones directas de paz, que comenzaron el pasado mes de diciembre.
En declaraciones a 'Le Potentiel', el ministro de Información y portavoz del Gobierno, Lambert Mende Omalanga, ha advertido de que la actitud "contraproducente e irracional" del M23 "es la prueba de que los rebeldes no saben ni siquiera por qué han tomado las armas" y de que "detrás del M23 hay fuerzas invisibles que guían sus actos, manos invisibles, conocidos de todos, que los teledirigen".
Aun sin mencionarla expresamente, el rotativo ha indicado que, "sin ninguna duda", Mende se ha referido a Ruanda, un país que, según denunció el pasado mes de octubre el Grupo de Expertos del Consejo de Seguridad de la ONU, está apoyando militar, política y logísticamente al M23 e incluso ha sido comandado "directamente" por su ministro de Defensa, el general James Kabarebe.
El Movimiento 23 de Marzo se alzó en armas en abril de 2012 tras acusar a Kinshasa de haber incumplido los acuerdos de paz de 2009, y desde entonces ha sido acusado del reclutamiento de niños y de la ejecución sumaria de reclutas y prisioneros.
El M23 se hizo con Goma, capital de Kivu Norte, el pasado 20 de noviembre y se retiró a principios de diciembre a cambio del inicio de negociaciones directas con el Gobierno de Kinshasa en Kampala. Una de sus exigencias en el proceso de negociaciones de Kampala era que se le concediera la gestión por cinco años, renovables, de los territorios actualmente controlados por sus milicias en Kivu Norte.
Respecto a cuál va a ser la reacción de Kinshasa al abandono del M23, Mende ha explicado al diario que, de momento, va a mantener a sus delegados en Uganda y que el presidente de la República, Joseph Kabila, "tomará rápidamente una decisión una vez que haya recibido oficialmente el informe de los delegados en Kampala", uno de los cuales, según fuentes gubernamentales, regresó ayer jueves al país para informar al Ejecutivo.
En caso de que el M23 se niegue definitivamente a volver a las negociaciones, ha advertido Mende, Kinshasa se ajustará a la resolución 2098 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas --del pasado 28 de marzo-- que autoriza el despliegue de una Brigada de Intervención especial en el este de la RDC, bajo el mando de la misión de la ONU (MONUSCO) y formada por soldados africanos.
Ruanda no ha ocultado su oposición a esta brigada, por considerar que la vía política es la única forma de establecer una paz duradera en el este de Congo, en particular, y en la región de los Grandes Lagos, en general.
DESPLIEGUE DEL M23
Por otra parte, las organizaciones de la sociedad civil de Kivu Norte han denunciado el despliegue, desde hace algunos días, de los milicianos del M23 en numerosas aldeas y ciudades de los territorios de Rutshuru y Beni, por lo que ha instado a la ONU a acelerar el despliegue de la Brigada de Intervención para evitar "sorpresas".
"Con fecha de hoy, más de dos brigadas del M23 se acaban de instalar en Kanyamusengera, a tres kilómetros de Mitshumbi", declaró ayer jueves el presidente de la sociedad civil de Kivu Norte, Omar Kavota, a Radio Okapi. "Las poblaciones de Mitshumbi, de Kamambi y de Kanyabayonga viven atemorizadas porque el M23 ha anunciado que proseguirá con su despliegue hacia Lubero, Butembo y Beni", ha añadido a la emisora vinculada a la MONUSCO.
Según Omar Kabota, el M23 ha intensificado su campaña de terror en la provincia y este despliegue supone una violación de los acuerdos firmados con la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos (CIRGL).
Por ello, Kavota ha pedido tanto a la Brigada de Intervención de la MONUSCO como al Gobierno que se mantengan "alertas" a fin de evitar "cualquier sorpresa por parte del M23" contra una población que "ya ha sufrido demasiado" y ha reclamado a la brigada internacional que "venga a liberar lo antes posible a la población de esta organización criminal que es el M23", ha añadido.
La Brigada de Intervención, creada para "neutralizar y desarmar" a los distintos grupos armados que operan en el este de la RDC, será la primera misión de la historia de la ONU dotada con un mandato ofensivo y estará formada por 2.500 soldados de Tanzania, Malaui, Mozambique y Sudáfrica. El despliegue debería comenzar el próximo mes de julio.
El mando militar del M23 anunció la semana pasada que los rebeldes se habían empezado a reagrupar en el este de la República Democrática del Congo después de que más de 400 antiguos partidarios del despuesto líder Jean-Marie Runiga se hubieran incorporado a la facción liderada por el general Sultani Makenga, ganadora en las recientes disputas internas del movimiento.
Las fuerzas leales a Runiga y al 'señor de la guerra' Bosco Ntaganda (recientemente entregado por Ruanda y Estados Unidos al Tribunal Penal Internacional, TPI) fueron derrotadas el pasado 15 de marzo en Kibumba --a unos 30 kilómetros al norte de Goma-- por la facción rival y predominante en el M23, liderada por Makenga. Tras la batalla, Runiga huyó a Ruanda acompañado de 600 partidarios, cien de los cuales habrían regresado a Kivu Norte.