BAMAKO 25 May. (EUROPA PRESS) -
La ciudad de Kidal, en el norte de Mali, volvió a manos del Gobierno ayer, después de que rebeldes tuareg bombardearan la región pidiendo mejores condiciones económicas, según informa la agencia de noticias de la ONU, Irin.
Los rebeldes, que atacaron dos bases militares en Kidal y una en Menaka, robaron vehículos, armas y municiones. Las tropas del Ejército fueron desplazadas al norte del país para reforzar la seguridad de la zona.
"La situación está bajo control pero la ciudad está paralizada", dijo el ayudante jefe del gobernador de Kidal, Yaya Dolo. El Ministerio de Defensa declaró que "los ataques a las bases de Kidal fueron posibles por desertores y cómplices que se encontraban dentro de las mismas".
"Actualmente, toda la ciudad de Kidal está bajo control de las fuerzas armadas", dijo el secretario general del ministerio, general Abdou Karim Diop. Un miembro de una asociación que promueve la educación de mujeres, Assori Aicha Belco Maiga, dijo que los agresores fueron rebeldes tuareg. "Gracias a Dios no parece que haya muerto ningún civil. Fue Hassane Fagaga y una banda de antiguos rebeldes que estaban integrados en el Ejército", dijo.
El presidente de Mali, Amadou Toumani Toure, declaró ayer que "aquellos que han atacado la base militar de Kidal no deben equivocarse con los tuareg y otros compatriotas que viven con nosotros, que tiene los mismo problemas, que han elegido Mali, que han elegido la lealtad y que tienen los mismos derechos que nosotros".
El pacto de 1991 para finalizar con la rebelión tuareg incluye la integración de los antiguos rebeldes en el Ejército y de sectores civiles así como mejores condiciones educativas y de sanidad, especialmente en el noreste y este del país.