El MNLA rechaza la petición de la CEDEAO de abandonar las armas de cara a un proceso de diálogo con Bamako

Actualizado: jueves, 7 marzo 2013 8:57

MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Movimiento Nacional de Liberación del Azawad (MNLA) ha rechazado este miércoles la petición formulada por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) para abandonar las armas de cara a la apertura de negociaciones con el Gobierno de Malí sobre el estatus político del Azawad.

"El MNLA rechaza categóricamente toda petición de su desarme como preámbulo de su participación en un proceso de negociación y sigue convencido de que son sus fuerzas las que protegen a las poblaciones del Azawad", ha agregado el grupo a través de un comunicado.

En este sentido, ha subrayado que "estas armas sirven a la protección del pueblo del Azawad contra los crímenes masivos y las múltiples violaciones llevadas a cabo por el Ejército de Malí sobre la población civil".

El grupo tuareg laica ha expresado asimismo su "estupefacción" ante el hecho de que "las poblaciones civiles de zonas bajo ocupación del Ejército maliense, al que respalda la CEDEAO, sigan siendo víctimas de violencia y crímenes por parte de estas Fuerzas Armadas, a las que la organización considera 'legítimas'".

"¿Es normal que la violencia y los crímenes sean cometidos libremente por un Ejército que se beneficia del respaldo internacional sobre poblaciones civiles indefensas por motivo de su color de piel o su pertenencia comunitaria?", se ha preguntado.

En esta misma línea, el MNLA ha recordado que las negociaciones de Tamanrasset --firmados en 1991 y que pusieron fin a una revuelta tuareg encabezada por el Movimiento Popular del Azawad (MPA)-- no estuvieron precedidas por el desarme del MPA y que el pacto nacional de 1992 no llegó tras el desarme del Movimiento de los Frentes Unificados del Azawad (MFUA).

Asimismo, ha subrayado que el acuerdo de Argel en 2006 no estuvo precedido del desarme de la Alianza 23 de Mayo para el cambio, y ha puesto como ejemplo las conversaciones iniciadas este año por los gobiernos de República Centroafricana y República Democrática del Congo con los grupos Séleka y M23, respectivamente.

"¿Qué motivación particular justifica la exigencia del desarme del MNLA de cara a las negociaciones?", ha cuestionado el grupo, que ha enumerado además una serie de "concesiones" formuladas de cara a la apertura del proceso de diálogo.

"Estas concesiones han sido adoptadas por el MNLA y constituyen un máximo razonable. Sin embargo, no ha habido ninguna concesión por parte del Gobierno de Malí hasta el momento", ha manifestado la formación.

Entre las mismas ha destacado el anuncio de un alto el fuego unilateral el 5 de abril de 2012, la aceptación de la mediación de la CEDEAO en el proceso de diálogo con Bamako y la creación de una plataforma política de cara al mismo.

Por ello, y tras expresar "un gran respeto por los jefes de Estado de la CEDEAO y los pueblos que la componen", ha pedido a la organización "que el mismo sea recíproco". "Es sorprendente constatar que la CEDEAO ha tomado parte abiertamente en favor de las autoridades de Bamako, mostrando una visión errónea de la situación actual en el Azawad", ha valorado.

La reentrada del Ejército de Malí en el Azawad plantea un problema para el MNLA, cuyo principal rival son precisamente las Fuerzas Armadas del país africano, ante la posibilidad de que, aupado por las tropas francesas, Bamako deje morir sus reivindicaciones territoriales y se vuelva al 'status quo' existente en enero de 2012, justo antes de que lanzara su ofensiva para hacerse con el control de la región, algo que consiguió en marzo, tras lo que declaró la independencia del territorio.

DENUNCIAS CONTRA EL EJÉRCITO

Fuentes internacionales de Derechos Humanos y los propios habitantes de las zonas en conflicto han acusado en las últimas semanas al Ejército de Malí de ejecuciones extrajudiciales y otros abusos contra los Derechos Humanos en el contexto de la actual ofensiva contra las milicias islamistas del norte del país, y el propio ministro maliense de Justicia, Malick Coulibaly, admitió que "ningún Ejército del mundo es perfecto" y que es posible que los soldados hayan cometido crímenes de guerra.

En este sentido, el MNLA ha anunciado que presentará una demanda ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) contra los responsables del Gobierno y del Ejército de Malí por "crímenes de guerra" y "crímenes contra la Humanidad.

Varios vecinos de Mopti aseguraron al semanario británico 'The Observer' --que hace las funciones de edición dominical para el diario londinense 'The Guardian'-- que los soldados han procedido a detenciones, interrogatorios y torturas contra personas inocentes a las que acusan de estar relacionadas con los rebeldes.

Entre las víctimas de estos abusos, según los testigos, se encuentran los miembros de la etnia fulani. "El Ejército sospecha de nosotros, y si tenemos aspecto de fulani y no tenemos carné de identidad, nos matan", aseguró un vecino.

Fuentes de AI recalcaron que hay evidencias de abusos por parte del Ejército de Malí, como ejecuciones extrajudiciales, incluso antes de que comenzara la actual ofensiva francesa y maliense en el norte.

Al respecto, algunos testigos explicaron que la ocupación islamista de la ciudad de Diabaly --que ya ha sido recuperada por las fuerzas malienses y francesas-- pudo haber sido un acto de venganza por la muerte de 16 predicadores musulmanes malienses y mauritanos supuestamente ejecutados por el Ejército el pasado mes de septiembre en esta localidad.

AI también advirtió de las posibles represalias a que se enfrenta la comunidad tuareg. Al respecto, dijo que hay evidencias de ejecuciones extrajudiciales contra tuaregs y de bombardeos indiscriminados contra los campamentos de esta comunidad, así como de matanzas contra sus ganados, de los que dependen para sobrevivir.

LUCHA DEL MNLA

En abril de 2012, el MNLA arrebató todo el norte de Malí, de mayoría tuareg, a las tropas gubernamentales en una rebelión cuyo fin último era la independencia, pero la revuelta fue enseguida secuestrada por tres grupos islamistas: el Movimiento de Unidad para la Yihad en África Occidental (MUYAO), Ansar Dine y Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI).

Desde entonces, los islamistas implantaron la 'sharia' (ley islámica) en las ciudades de Tombuctú, Kidal y Gao y destruyeron templos históricos en los que, según su criterio, se ejercía la idolatría.

A pesar de la declaración de independencia formulada entonces por el MNLA, ni Malí ni la comunidad internacional reconocieron el paso dado por el grupo tuareg. Los tuareg han protagonizado varios levantamientos para conseguir que se reconozca la autonomía de dicho pueblo o la creación de un país propio en la región.

Entre 1990 y 1996, los tuareg combatieron contra Malí y Níger en una revuelta instigada por una grave hambruna en la región, la dura represión contra los derechos políticos de esta población y la crisis de refugiados derivada de la debilidad política de ambos países durante la década de los ochenta.

Más recientemente, los tuareg volvieron a tomar las armas entre 2007 y 2009 a causa de la lenta e insatisfactoria desmovilización e integración de los rebeldes en la vida civil y las Fuerzas Armadas. En el proceso, varios políticos tuareg fueron destituidos de sus cargos y algunos terminaron en la cárcel.

A principios de enero, estos grupos islamistas comenzaron a avanzar hacia la línea de demarcación en la región de Mopti, mientras que varias unidades de los grupos 'yihadistas' presentes en la zona se desplegaron al sur de Tombuctú, ciudad que ya está bajo control del Gobierno central gracias a la operación militar lanzada con el respaldo de París.

La operación francesa comenzó el pasado 11 de enero, cuando el presidente del país europeo, François Hollande, anunció que su Gobierno atendería la petición de ayuda militar formulada por las autoridades malienses, ante la ofensiva lanzada por los islamistas.