SIDNEY (AUSTRALIA), 23 Feb. (EUROPA PRESS) -
Más de 100 personas fueron hoy evacuadas de sus hogares en el estado australiano de Victoria, en el sureste del país, debido a que nuevos fuegos amenazan varias comunidades dos semanas después de que se declararan los grandes incendios forestales que se han convertido en el peor desastre natural de la historia de Australia.
Hoy mismo, las autoridades han elevado la cifra de víctimas mortales a 210 después de que una persona falleciera en un hospital durante el fin de semana de las heridas que sufrió en los incendios que se declararon el 7 de febrero y que han quemado más de 330.000 hectáreas de bosque, han destruido unos 18.000 hogares y han dejado a 7.000 personas sin hogar.
Dos semanas después, los bomberos aún continúan combatiendo el fuego en el estado de Victoria. Aunque no había previsión de que los incendios llegaran a nuevas poblaciones, las autoridades han preferido declarar la alerta en varias comunidades que pueden correr riesgo debido a los fuertes vientos que soplan en la región y a las altas temperaturas, que pueden extender las llamas con rapidez.
Así, más de 100 personas de Warburton, al este de la capital del estado, Melbourne, han sido alojadas en un polideportivo a la espera que pase el peligro. La gente fue obligada a abandonar sus casas y las autoridades advirtieron de que probablemente tendrían que permanecer varios días fuera. Pero también avisan: "Si ves las llamas, es demasiado tarde para huir".
Por otro lado, el primer ministro australiano, Kevin Rudd, anunció hoy que los gobiernos nacional y estatal ya han iniciado las labores de demolición y desescombro de alrededor de 2.000 casas y comercios destruidos por los incendios.
El fiscal general, Robert McClelland, señaló que el Gobierno va a llevar una nueva ley de telecomunicaciones al Parlamento que permitirá que las autoridades estatales puedan establecer sistemas de alerta tempranos a través de llamadas telefónicas y mensajes de texto.
Así lo señaló después de que muchos supervivientes de los incendios forestales se quejaran de que no recibieron ninguna alerta cuando se declararon los incendios, que se extendieron más rápidamente de lo previsto debido a los fuertes vientos y las altas temperaturas del verano en Victoria.
