James Mattis
JONATHAN ERNST/REUTERS
Actualizado: miércoles, 19 abril 2017 20:52

RIAD, 19 Abr. (Reuters/EP) -

El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, ha acusado a Irán de "desestabilizar" Yemen con su apoyo a los rebeldes huthis, que combaten desde hace más de dos años contra el Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi y una alianza regional liderada por Arabia Saudí.

Al menos 10.000 personas han muerto y más de tres millones han tenido que abandonar sus hogares como consecuencia de un conflicto en el que Irán no ha reconocido abiertamente su implicación. Sin embargo, según Mattis, la República Islámica quiere crear "otra milicia similar a la libanesa Hezbolá".

"Tendremos que superar los esfuerzos de Irán de desestabilizar otro país más", ha afirmado desde Riad el jefe del Pentágono, precisamente en un momento en el que Estados Unidos estudia incrementar su apoyo a la alianza que lidera Arabia Saudí y que combate militarmente contra los rebeldes yemeníes.

Mattis ha defendido que el fin último sigue siendo la resolución política del conflicto, mediante un diálogo impulsado por Naciones Unidas y que, de momento, permanece estancado. Fuentes norteamericanas han admitido que los huthis no parecen abiertos a la negociación y han apostado por incrementar la presión militar.

El secretario de Defensa de Estados Unidos ha tenido la oportunidad de hablar de la guerra en Yemen durante los encuentros que ha mantenido en el marco de su visita oficial a Riad. Mattis se ha reunido con el rey Salman, así como con el ministro de Defensa saudí, Mohamed bin Salman, entre otras autoridades locales.

ACUERDO NUCLEAR

El Gobierno de Donald Trump ha emprendido una revisión del acuerdo nuclear iraní y de la política de sanciones que lleva aparejado, en un nuevo gesto que sigue siendo para Washington un "patrocinador del terrorismo", como recordó el martes el secretario de Estado, Rex Tillerson.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ha defendido en rueda de prensa dicha revisión y ha explicado que se trata de una medida "prudente" por parte de la Administración. Las agencias federales tienen 90 días para decidir si el levantamiento de las sanciones perjudica la seguridad nacional de Estados Unidos.

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