Actualizado: lunes, 5 septiembre 2016 17:48

BEIRUT, 5 Sep. (Reuters/EP) -

Alrededor de 50 personas han muerto a causa de una serie de atentados perpetrados este lunes por la organización terrorista Estado Islámico en las ciudades sirias de Homs, Tartús y en una localidad a las afueras de Damasco, todas ellas controladas por el Gobierno, así como en las ciudades de Hasaka y Qamishli, en manos de los kurdos.

La agencia de noticias Amaq, vinculada al grupo terrorista, ha comunicado que los ataques han sido operaciones suicidas que han tenido como objetivo matar a miembros de las fuerzas de seguridad kurdas y del Gobierno.

Dos de las explosiones han ido dirigidas contra el puente Arouna, que marca la entrada a Tartús. En este atentado han muerto 35 personas, según ha indicado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y han confirmado las autoridades sanitarias de la ciudad.

La televisión siria ha asegurado que la primera explosión fue un coche bomba y la segunda fue un terrorista suicida con un cinturón de explosivos que detonó cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar de los hechos para asistir a las víctimas.

Otro coche bomba estalló en la ciudad de Homs en la entrada del barrio Al Zahara, matando a tres personas, según ha indicado la prensa local. El Observatorio ha detallado que el ataque iba dirigido contra un puesto de control del Ejército y que ha costado la vida a cuatro militares.

Al oeste de Damasco se ha producido otra explosión en la entrada de la ciudad de Saboura, en la carretera que lleva a la autopista que conecta Damasco con Beirut. La Policía ha contado que el coche fue parado por las fuerzas de seguridad y el conductor abatido pero que otros dos ocupantes lograron salir del coche y detonar sus cinturones con explosivos. Las autoridades sirias hablan de un muerto pero el Observatorio eleva a tres la cifra de fallecidos.

Las milicias kurdas, principales aliadas de la campaña estadounidense contra el grupo terrorista, consiguieron tomar el control de prácticamente toda la ciudad de Hasaka a finales de agosto tras una semana combatiendo contra el Gobierno.

El Estado Islámico ha detonado una motocicleta en el centro de la ciudad, en un atentado en el que han muerto cinco personas, entre ellos tres miembros de Asayish, una fuerza de seguridad afiliada a las milicias kurdas.

El Observatorio también ha dicho que ha estallado una bomba aturdidora en la ciudad de Qamishli pero que nadie ha muerto en el incidente. Amaq ha contradicho la información, asegurando que siete kurdos han muerto y resultado heridos.

El Gobierno sirio ha afirmado que estos ataques son una represalia por la reconquista de un distrito de Alepo este domingo que llevaba un mes bajo el control del Estado Islámico. La toma permite que el Gobierno reinicie el sitio sobre las zonas controladas por los rebeldes kurdos.

Por su parte, los insurgentes han asegurado que el Estado Islámico no está presente en Alepo pero sí han reconocido que hay rebeldes y facciones islamistas como Jabhat Faté al Sham, antiguamente afiliada a Al Qaeda.

La televisión estatal siria ha comunicado que aviones del Gobierno también han atacado las posiciones del grupo terrorista cerca de Deir Ezzor, a las orillas del Éufrates, y en la provincia de Suweida pero no ha vinculado estos ataques con los atentados de esta mañana.

Los incidentes de este lunes han puesto de relieve la complejidad del conflicto sirio, que lleva cinco años activo y que ha convertido al país en un conjunto de territorios controlados por el Estado, facciones armadas y grupos terroristas.

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