COLOMBO, 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
Al menos 35 rebeldes de los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE) y cinco soldados murieron hoy en los enfrentamientos que estallaron hoy en el noreste de Sri Lanka entre el LTTE y las tropas gubernamentales que buscan acabar con el bloqueo de los rebeldes a una reserva de agua, según informó el Ejército.
En otro frente, en la península de Jaffna, las tropas gubernamentales abatieron a cuatro rebeldes, según indicó el Ejército en su página web. Las bajas rebeldes no han sido confirmadas por el LTTE por el momento.
Los enfrentamientos se produjeron después de que un dirigente político del LTTE en la zona declarara que el alto el fuego de 2002 quedaba suspendido, aunque el Gobierno afirmó que seguía comprometido a este acuerdo y que su ataque contra Trincomalee es una misión humanitaria para restaurar el suministro de agua en la zona.
Los rebeldes habían cerrado este mes una reserva de agua en su territorio cerca de Trincomalee, suspendiendo el suministro a unas 60.000 personas que viven en las localidades cercanas bajo control gubernamental. Según el LTTE, su actuación es una respuesta al no cumplimiento por parte del Gobierno de su promesa de construir una torre de agua para las zonas cercanas bajo control rebelde.
El Gobierno ceilandés había declarado previamente que no tiene ningún plan de retirarse del alto el fuego con el LTTE, pese a las declaraciones de uno de los dirigentes tamiles. Según este dirigente local, el Gobierno está intentando entrar en territorio rebelde, lo que equivale a una declaración de guerra, según él. En virtud del acuerdo de alto el fuego de 2002, el Gobierno y los rebeldes deben pedirse permiso antes de entrar en sus respectivas zonas.
"Por tanto, para nosotros el alto el fuego es nulo y vacío", señaló Puratchi, que dijo hablar en nombre del LTTE, pero sus comentarios no han sido confirmados por altos dirigentes tamiles.
Según el Gobierno, su operación en Trincomalee tiene como objetivo llegar al lugar donde los Tigres Tamiles están bloqueando la reserva de agua y no es un acto de guerra. "Definitivamente no estamos abrogando el alto el fuego", señaló Rambukwella. "Nuestra operación militar para abrir puertas de regadío está meramente basada en fundamentos humanitarios. No es un acto de guerra", agregó.