CIUDAD DE MÉXICO, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de personas armadas con rifles automáticos AR-15 emboscaron a cuatro integrantes de una misma familia y mataron a tres de ellos en la ciudad mexicana de Sinaloa, en el estado de Culiacán, según informó el diario 'El Universal'. El superviviente, sin embargo, se encuentra ingresado en un hospital en estado grave.
Por otra parte, en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco, también fue hallado la tarde de ayer el cuerpo, esposado y torturado, de un sujeto de entre 30 y 40 años.
Con estos cuatro asesinatos suman ya, en lo que va del año, 1.131 muertes decesos violentas vinculadas al crimen organizado.
Según la información proporcionada por los familiares de los atacados en Culiacán, las víctimas iban a bordo de un vehículo y se dirigían al poblado del Álamo, en el municipio de El Salado.
La Procuraduría de Justicia del Estado especificó que la noche del viernes pasado, Inés Ochoa Tapia iba acompañada de su hijo y dos familiares mas. Todos ellos fueron agredidos por los ocupantes de dos camionetas que les dispararon con rifles AK-47, AR-15 y con pistolas de calibre 9 milímetros.
Tres de ellos fallecieron en el lugar de los hechos y uno más fue trasladado de urgencia a un hospital. Se sabe que los sicarios dispararon contra las cuatro personas, a escaso medio kilómetro del poblado del Álamo, por lo que el conductor de la unidad y su hijo de diez años, Paúl Ochoa Velázquez, fallecieron en el lugar del atentado.
Por otra parte, en Guadalajara se informó del hallazgo de una persona ejecutada; ésta se encontraba atada de pies y manos, cubierta con bolsas de plástico. La Procuraduría General de Justicia de Jalisco informó que el descubrimiento se realizó a una cuneta del camino que va hacia en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga.
La dependencia apuntó que, a simple vista, el cadáver no presentaba huellas de tortura o violencia; no obstante, se presumía que fue asesinado en otro sitio, pero arrojado en el lugar antes mencionado.
Peritos en fotografía y en medicina forense iniciaron las investigaciones necesarias, incluso en los alrededores del lugar en donde fue localizado el cuerpo, en busca de cualquier indicio que pueda ser utilizado para la identificación de sus ejecutores, tales como cabellos o rastros de sangre.
