SANÁ, 20 Feb. (Reuters/EP) -
Miles de personas han salido a las calles de las ciudades de Ibb y Taiz emulando las protestas multitudinarias de la capital, Saná, donde la Policía ha realizado disparos al aire para dispersar a los miles de manifestantes concentrados para exigir reformas y la dimisión del presidente, Alí Abdullá Salé.
En Ibb unas 1.000 personas han participado en una sentada contra Salé en la plaza de la Libertad con pancartas que recogían consignas como "¡Fuera!" o "El pueblo quiere la caída del régimen", según ha informado un testigo presencial.
En Taiz, donde el viernes un manifestante murió y varios más resultaron heridos por la explosión de una granada lanzada desde un vehículo en marcha, este domingo miles de personas continúan concentradas por noveno día consecutivo.
Mientras, en Adén, la seguridad se ha incrementado significativamente y se han desplegado carros de combate y vehículos acorazados en las principales calles.
También este domingo varias organizaciones de Derechos Humanos yemeníes han publicado una declaración en la que exigen la destitución y el enjuiciamiento de los responsables de las fuerzas de seguridad en Saná, Adén y Taiz por su implicación en la represión de las protestas.
LLAMAMIENTO AL DIÁLOGO
Mientras, el presidente yemení ha realizado este domingo un nuevo llamamiento al diálogo con la oposición y responsabilizó de los incidentes de los dos últimos días a "elementos ajenos al sistema y a la legalidad".
"El diálogo es la mejor vía, no el sabotaje, no los cortes de carreteras", ha declarado Salé durante su intervención ante una reunión de dirigentes tribales, militares y civiles celebrada en Saná. El mandatario reiteró su disposición a "aceptar sus demandas (de la oposición) si éstas son legítimas".
Este sábado Salé atribuía las manifestaciones contra la pobreza y la corrupción a "intereses extranjeros" y a "una conspitación contra Yemen".
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