PARÍS, 27 Oct. (EUROPA PRESS/Javier Gómez Muñoz) -
Una marcha silenciosa ha reunido hoy a un millar de personas en Clichy-sous-Bois, localidad suburbial al norte de París, para conmemorar el primer aniversario de la muerte accidental de dos adolescentes, Zyed, de 17 años, y Bouna, de 15, cuando eran perseguidos por la Policía. Un suceso que fue el origen de una ola de violencia que se extendió por los barrios más degradados de todo el país.
"Hace falta que la calma, la dignidad y la valentía que reinan aquí persista. Demostremos quiénes somos de verdad", dijo el alcalde de la localidad, Claude Dilain, del Partido Socialista. "Una vez más, Francia y el mundo nos miran", dijo el primer edil, en relación a la repercusión mediática que tuvieron las más de 20 noches de disturbios registradas hace un año.
Varios responsables de asociaciones y también de la comunidad musulmana, mayoritaria en esta zona, lanzaron diferentes llamadas a la calma, para que no vuelvan a producirse incidentes, después de que, en la noche del miércoles al jueves, varios gupos de jóvenes encapuchados prendieran fuego a tres autobuses en la periferia de París, y a un cuarto en los alrededores de Lyon.
El hermano mayor de Bouna, uno de los dos fallecidos, pidió que no se produzca "ninguna provocación", mientras que las asociaciones pedían calma para que no se produzcan altercados ni incendios de vehículos durante el fin de semana.
Muchos de los participantes de la manifestación, en su mayoría jóvenes, portaban camisetas con el lema: 'Zyed y Bouna: muertos para nada'. Un mensaje a las autoridades de que "nada ha cambiado", tras un año desde que se produjeron los incidentes.
En el colegio Robert Doisneau, donde las dos víctimas estaban matriculadas, se ha inaugurado una estela blanca de piedra, en memoria de ambos. El imán Dhaou Meskine rezó después una plegaria por ambos junto al transformador en el que perecieron.
En relación con la persecución policial que provocó la muerte de dos adolescentes en Clichy-sous-Bois, el 27 de octubre de 2005, origen de la ola de violencias, once policías han sido convocados por los magistrados que investigan el caso. Los jueces estudian si los agentes evitaron ayudar a los dos adolescentes, cuando estos se habían quedado atrapados en una instalación eléctrica, donde murieron electrocutados.
