Muere en Birmania a los 74 años Khun Sa, uno de los mayores traficantes de droga y combatiente rebelde

Actualizado: martes, 30 octubre 2007 11:10


BANGKOK, 30 Oct. (EP/AP) -

Khun Sa, quien fuera uno de los mayores traficantes de droga del sureste asiático y uno de los hombres más buscados que también se unió a guerrillas y grupos armados, ha fallecido a la edad de 74 años en la capital birmana, Rangún, según informaron hoy fuentes oficiales y un ex ayudante de Khun Sa.

Khuensai Jaiyen, antiguo secretario de Khun Sa que trabajó con los grupos guerrilleros de la etnia shan, explicó que el traficante murió el pasado 26 de octubre, según le indicaron los familiares. Las causas de la muerte no se conocen, pero Khun Sa padecía diabetes y parálisis parcial, entre otras dolencias.

Por su parte, un responsable del Gobierno birmano confirmó, bajo anonimato, el fallecimiento de Khun Sa, pero aseguró que se produjo el pasado domingo, día 28 de octubre, y no dos días antes.

El cadáver fue trasladado a un cementerio situado a las afueras de la capital birmana llamado Yay Way, donde fue incinerado, explicó un trabajador del cementerio.

Khun Sa había vivido en un lugar aislado cerca de Rangún desde 1996, cuando se rindió ante las autoridades de la Junta Militar birmana, que a su vez le permitieron continuar con sus negocios en el narcotráfico.

En el momento cumbre de su notoriedad mundial, Khun Sa presidió todo un imperio de narcotráfico forjado en la jungla y completado con televisión por satélite, escuelas y misiles tierra-aire en la región del Triángulo de Oro, donde confluyen las fronteras de Birmania, Laos y Tailandia.

Durante casi cuatro décadas, este traficante se involucró en la lucha por la autonomía de los shan, una de las muchas etnias minoritarias que combatió contra el régimen birmano a lo largo de decenas de años. Khun Sa se describió a sí mismo como un combatiente para la liberación de los shan, y lideró el Ejército de los Shan Unidos --después el Ejército de Mong Tai-- en el noreste de Birmania.

Pero los agentes de narcóticos de las autoridades de todo el mundo le conocían como el "Príncipe de la Muerte" y en Estados Unidos se llegaron a ofrecer 1,4 millones de euros de recompensa por su detención.