BAGDAD, 28 Feb. (EUROPA PRESS) -
Al menos 15 personas murieron y cerca de 30 resultaron heridas hoy en tres atentados, dos con coche bomba y uno suicida, perpetrados en varios puntos de Bagdad, según informó la Policía.
Por una parte, un coche bomba detonó cerca de un mercado y de una mezquita chií en el barrio de Karada (sureste) y causó la muerte de cuatro personas y heridas a 16, según informó un responsable del Ministerio del Interior, comandante Falah al-Mohammedawi.
Otro coche bomba fue activado al paso de una patrulla de la Policía en el barrio de Nuevo Bagdad (este) y causó ocho muertos y diez heridos, todos ellos civiles, según el coronel Ahmed Abud, de la Policía.
Asimismo, un hombre con explosivos ocultos entre sus ropas hizo detonar su carga en un gasolinera del mismo barrio y causó la muerte de tres personas y heridas a otras cuatro, según el capitán Haidir Ibrahim.
La cuarta explosión, causada por un obús de mortero según los primeros indicios, se produjo cerca del Teatro Nacional, en el centro de la capital, añadió.
Antes de que se produjesen las explosiones, nueve cuerpos acribillados a tiros, entre ellos los de un jeque tribal suní, fueron encontrados cerca de una carretera al sureste de Bagdad, según informaron fuentes policiales y médicas.
Los cuerpos fueron trasladados al hospital general de Baaquba, según el doctor Ahmed Foad Ghaidan, director del departamento forense del centro. El Ejército iraquí encontró los cadáveres cerca de dos minibuses quemados en una zona abierta próxima a la carretera que une Bagdad con la provincia de Diyala, según informó la Policía provincial. Entre las víctimas figura el jeque Hamid Irbat Ghazi, de la influyente tribu Mahamdeh, y dos de sus sobrinos, según la Policía.
Por último, una bomba explotó hoy en la mezquita en la que está enterrado el padre de Sadam Husein en el norte de Irak, según la Policía. La explosión provocó daños en la cúpula y hizo saltar por los aires las ventanas y las puertas de la mezquita Husein al Majid, pero no provocó víctimas, según el capitán de Policía Qais Abdul-Majid.
El ataque se produce menos de una semana después de que la explosión de una bomba destruyera parte de un importante templo chií en Samarra provocando una ola de violencia sectaria en todo el país, que se ensañó especialmente contra las mezquitas suníes.
