ISLAMABAD, 11 Jun. (EUROPA PRESS) -
Más de 30 militantes de diversas nacionalidades murieron ayer sábado en una redada llevada a cabo por el Ejército paquistaní contra un campo de entrenamiento cerca de la frontera con Afganistán, según informaron fuentes militares.
Las fuerzas paquistaníes, apoyadas por helicópteros armados, atacaron las instalaciones de los militantes a última hora de ayer sábado, en Waziristán Norte, una región tribal cerca de la frontera afgana. En total, 22 árabes, tres uzbekos y siete militantes locales murieron en el ataque, según informó un alto oficial de Pakistán bajo el anonimato. "Fue una operación altamente satisfactoria", agregó.
Waziristán Norte ha sido testigo de un aumento de los ataques perpetrados por simpatizantes de Al Qaeda y de los talibán contra las fuerzas paquistaníes. Se cree que Usama bin Laden y otros fugitivos buscados por las fuerzas de seguridad están escondidos en la frontera afgano paquistaní.
Según las fuerzas de seguridad paquistaníes, los militantes muertos se habían visto implicados en ataques en Afganistán y habían lanzado ataques con misiles y con bombas contra las tropas paquistaníes en Waziristán Norte. Las fuerzas paquistaníes habían vigilado las actividades de los militantes durante varios días antes de lanzar el ataque de anoche, cuando los militantes se estaban preparando para abandonar el lugar en camiones.
Entre los muertos se encuentra el supuesto comandante, identificado sólo como un árabe de nombre Abu Nasir, explicaron las fuentes. Se desconocen las nacionalidades concretas de las víctimas. El paradero de los cuerpos no está claro, ya que algunas fuentes dicen que fueron trasladados a hospitales, mientras que otras señalan que fueron enterrados rápidamente por otros militantes.
Un portavoz militar dijo que el ataque fue llevado a cabo únicamente por soldados paquistaníes, sin implicación de fuerzas estadounidenses, como aseguraba un periódico paquistaní 'Dawn', que decía que aviones de guerra norteamericanos ejecutaron la ofensiva. Pakistán, un aliado clave de Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo, ha desplegado a unos 80.000 hombres en las zonas tribales fronterizas con Afganistán para expulsar a los militantes extranjeros y sus simpatizantes locales.
