MADRID, 10 Jun. (EUROPA PRESS) -
Nerchivan Barzani, candidato del Partido Democrático del Kurdistán (KDP), ha jurado este lunes el cargo como nuevo presidente del Kurdistán iraquí, en una ceremonia celebrada en el Parlamento de la región semiautónoma.
Barzani fue elegido a finales de mayo como presidente de la región semiautónoma con los votos favorables de 68 de los 81 diputados presentes en el momento de la votación el Parlamento, que cuenta con 111 escaños.
A la ceremonia ha acudido el presidente iraquí, Barham Salí, que ha descrito el momento como "histórico e importante". También ha pedido a Barzani que trabaje para acabar con los problemas entre el Gobierno federal y el regional.
El nuevo presidente, que ocupaba hasta ahora el cargo de primer ministro del Kurdistán iraquí, ha renunciado a este puesto para poder acceder al cargo, según ha informado la cadena de televisión kurda Rudaw.
Asimismo, ha instado a trabajar para resolver los problemas existentes entre el Gobierno regional y Bagdad y ha expresado su "disposición a poner en marcha las medidas posibles para enfrentarse a las cuestiones que atañen a Erbil y Bagdad en concordancia con la Constitución iraquí".
En este sentido, Barzani ha rechazado "las diferencias" y ha recalcado la importancia de "construir relaciones más sólidas". "Los recursos más importantes de Irak son la coexistencia, la igualdad y la justicia entre la población iraquí", ha afirmado.
La Presidencia ha estado vacante desde noviembre de 2017, cuando dimitió Masud Barzani, tío de Nechirvan y presidente del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), el más importante en la región semiautónoma.
El PDK ha nominado a Masrur Barzani, primo de Nechirvan y director del Consejo de Seguridad de la Región del Kurdistán, para que sea el nuevo primer ministro, si bien para ello es necesaria la aprobación del Parlamento.
Masud Barzani, que fue presidente del Kurdistán iraquí entre 2005 y 2017, dimitió en el contexto de la crisis entre Bagdad y Erbil que se agudizó tras el referéndum del 25 de septiembre de 2016, en el que un 93 por ciento de los electores, según datos oficiales kurdos, votó por separarse de Irak y proclamar la independencia.
La consulta popular, calificada de ilegal por Bagdad, también se llevó a cabo en áreas en disputa, entre ellas la provincia de Kirkuk, una zona que alberga grandes yacimientos de petróleo.
En octubre de ese año, el entonces primer ministro y comandante supremo de las Fuerzas Armadas de Irak, Haider al Abadi, lanzó una operación para recuperar la provincia controlada desde 2014 por los peshmerga.
El Gobierno del Kurdistán iraquí ofreció a Bagdad declarar un alto el fuego y empezar el diálogo y a cambio prometió congelar los resultados del referéndum de autodeterminación. La situación se ha normalizado desde entonces.
