LAGOS 29 Dic. (EUROPA PRES) -
La organización no gubernamental Cruz Roja en Nigeria ha sido la primera en comenzar a distribuir ayuda a los afectados con quemaduras por la explosión de un oleoducto, el martes pasado en la capital económica nigeriana, Lagos, que provocó la muerte de 269 personas y decenas de heridos graves por quemaduras, según informa la agencia IRIN.
"Fuimos los primeros en aportar ayuda de primeros auxilios a los supervivientes sobre el terreno", aseguró a IRIN la portavoz de la oficina local de Cruz Roja en Nigeria, Umoh Okon, quien explicó que "los voluntarios sobre el terreno de campo tienen experiencia en ayuda de emergencia".
Por su parte, los empleados y voluntarios de Cruz Roja evacuaron a los supervivientes a los hospitales cercanos y crearon un sistema de registro para ayudar a identificar a los cuerpos de los fallecidos, así como facilitar la búsqueda de los desaparecidos. Sin embargo, la organización, aseguró que ayer enterraron a 238 de los cuerpos sin identificar.
Mientras, muchos de los residentes de la zona sostienen que hay muchos heridos escondidos en las cercanías que no acuden a solicitar asistencia médica por miedo a que les arresten, ya que, en el momento de la explosión, eran muchas las personas que sustraían petróleo de forma ilegal.
No obstante, las autoridades han asegurado que no presentarán cargos contra estas personas. "Cuando algo pasa a tal escala, nuestra principal preocupación es cómo salvar vidas", aseguró por su parte el secretario permanente del Ministerio de Sanidad, Ibrahim Talba, cuyo Gobierno ha reforzado los dispositivos a disposición de los supervivientes de la catástrofe con 50 camas hospitalarias, 20 médicos cirujanos y 40 enfermeras.
Asimismo, los hospitales estatales prestan tratamientos médicos gratuitos, mientras un banco de sangre ha sido facilitado por la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias. Por su parte, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) se desplazó el martes a Lagos para distribuir asistencia médica y medicamentos, así como para evaluar "la ayuda necesitada", subrayó un cooperante.
Mientras, el hollín y componentes tóxicos que desprendió la explosión a la atmósfera supone un riesgo para la salud, según advirtió el director del Servicio de Urgencias de un hospital en Lagos, Sikuade Jagun, quien aconsejó que "las personas no permanezcan por mucho tiempo en la zona".
La explosión es la segunda peor de estas características en lo que va de año en Lagos, después de que el pasado mes de mayo se registraran 200 muertos en el distrito de Ilado. En 1998 otro incendio parecido se cobró la vida de 1.500 nigerianos en el barrio de Jesse, ubicado en el Delta de Níger.