ROMA, 28 Abr. (EUROPA PRESS/C. Giles) -
La coalición de centro-izquierda La Unión, liderada por Romano Prodi y que formará el nuevo gobierno italiano, se enfrenta hoy a su primer escollo con la formación del nuevo Parlamento, ya que debido a la escasa diferencia de escaños que obtuvo en el Senado se presenta difícil la elección de su candidato para la presidencia de la Cámara Alta, Franco Marini, frente al nombre presentado por el centro derecha, el histórico dirigente democristiano Giulio Andreotti.
La coalición de Prodi se proclamó ganadora de las últimas elecciones italianas celebradas los pasados 9 y 10 de abril, consiguiendo la mayoría en el Congreso con 348 escaños respecto a los 281 de la coalición La Casa de la Libertad de Silvio Berlusconi, a pesar de superarles por poco menos de 25.000 votos. La nueva ley electoral favorece con la mayoría a la coalición que consiga más votos.
Por ello, en la primera reunión del nuevo Parlamento para la formación de las Cámaras, hoy no habrá problemas para la elección del presidente de la Cámara de los Diputados, que será el secretario de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti.
Lo cierto es que la presidencia de la Cámara Baja ha sido el primer problema que ha surgido a Prodi y del que ha salido indemne, ya que a punto estuvo de causar una ruptura en el seno de la coalición. Además de la candidatura de Bertinotti, el partido Democráticos de Izquierdas (DS), el más fuerte del centro izquierda, pretendía para este puesto a su presidente y ex primer ministro, Massimo D'Alema.
Bertinotti, uno de los socios más importantes de Prodi y que ya provocó una crisis de gobierno por su negativa a apoyar en votación los presupuestos del Estado, no estaba dispuesto a ceder en este objetivo, por lo que al final fue el propio presidente de DS quien se hizo a un lado para no provocar una ruptura total.
Mientras que la presidencia del Congreso parece que se logrará sin problemas, la verdadera batalla se vivirá en el Senado, donde La Unión cuenta con 156 senadores y la Casa de la Libertad 154, mientras que los votos en el extranjero dieron un senador independiente de la Asociación Italianos de Sudamérica, Luigi Pallaro.
La diferencia es tan escasa que serán determinantes los seis senadores vitalicios presentes en el Parlamento italiano, así como Pallaro, que también declaró que votará a favor del candidato del centro-izquierda. No obstante, advirtió de que Prodi "tendrá que respetar los pactos si quiere el apoyo durante la legislatura", para poder llegar a los 162 votos que necesita Franco Marini, de 73 años.
Las cosas se complicaron, además de por la poca diferencia de senadores, por la presentación por parte de la oposición de la candidatura de Giulio Andreotti, senador vitalicio y presidente del gobierno con la Democracia Cristiana y un hombre muy respetado tanto por la derecha como por la izquierda moderada y católica.
Por ello, el temor es que hoy no se llegue a un acuerdo por la posibilidad de que se produzcan algunas sorpresas en las filas del centro-izquierda, dado que el voto es secreto y que los miembros del democristiano UDEUR podrían votar a Andreotti. Para evitar esto, Prodi se reunió ayer con el secretario del UDEUR, Clemente Mastella, para hablar del futuro gobierno y prometerle un buen ministerio para conseguir su apoyo a Marini.
Marini, democristiano y ex secretario del sindicato moderado CISL, es miembro de los católicos de izquierdas de La Margarita y según los últimos cálculos llegaría a los 162 votos en el primer escrutinio después de que el partido Sudtiroler Volkspartei anunciara oficialmente que, aunque unido a la figura de Andreotti, votará a favor de Marini en la batalla por la presidencia en el Senado.
Además los senadores vitalicios --la premio Nobel Rita Levi Montalcini, Giorgio Napoletano, Emilio Colombo y el ex presidente de la República Oscar Luigi Scalfaro-- apoyarían también al ex sindicalista, mientras que el industrial Sergio Pininfarina, muy amigo de Andreotti, se mantiene como un voto indeciso.
A Andreotti le podría faltar además el apoyo de los socios de Berlusconi de La Liga Norte, que ya anunciaron que no votaran a un "democristiano" en el primer escrutinio y darán sus votos a su candidato, el ex ministro de Reformas Roberto Calderoli, y que apoyarán sólo a Andreotti en el caso en el que se llegue a una tercera votación.
Por otra parte, mientras Berlusconi sigue sin reconocer la victoria, el ministro de Comunicaciones, Mario Landolfi, anunció ayer que el todavía presidente del Gobierno sólo acudirá al Quirinale, sede de la presidencia de la República, para presentar su dimisión cuando se hayan formado las Cámaras.