MANILA 28 Abr. (Reuters/EP) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha asegurado que el nuevo pacto militar con Filipinas no contempla la creación de nuevas bases militares en el archipiélago, a pesar de que pretenda aumentar la presencia de tropas estadounidenses en el país asiático.
El mandatario ha recalcado que el acuerdo, que se ha aprobado para los próximos 10 años, no contempla reconstruir bases antiguas ni levantar nuevas instalaciones. Además, ha comunicado que pretenden reforzar la seguridad marítima de Filipinas y ha negado que este impulso se deba al crecimiento de la capacidad militar de China.
Varias decenas de manifestantes han recibido en Manila al mandatario de Estados Unidos con pancartas y proclamas en las que protestaban contra su visita. Estados Unidos mantuvo dos bases en el noroeste de Manila hasta 1991, año en el que el Senado filipino ordenó su desalojo. En 1999 se aprobó una norma que permitía visitas temporales de tropas estadounidenses, lo que dio paso a la realización de maniobras militares conjuntas.
RELACIONES CON CHINA
Los dos Gobiernos no han aclarado todavía la cantidad de tropas que Estados Unidos podrá desplegar en suelo filipino. "Pueden hacer construcciones y desarrollar infraestructuras, también pueden almacenar y reponer equipos de defensa, suministros y otros materiales", ha declarado la embajadora filipina en Austria, Lourdes Yparraguirre, que también ha tomado parte en las negociaciones.
"China nunca ha participado en la negociación", ha añadido. "Nuestro objetivo no es contener a nadie. Espero que nuestros vecinos vean este acuerdo como una contribución positiva a la paz, estabilidad, seguridad y prosperidad de la región", ha matizado Yparraguirre.
"Las relaciones con China se deteriorarán por futuras disputas marítimas. China es contraria a cualquier iniciativa del Gobierno filipino que incluya a Estados Unidos en su programación sobre seguridad", ha declarado el analista del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional Rommel Banlaoi. "Estamos reforzando nuestras relaciones con Estados Unidos a expensas de China", ha recalcado.
El acuerdo sienta las bases para la rotación de tropas, embarcaciones y aviones estadounidenses a través de Filipinas y forma parte de un aumento de recursos en Asia y el Pacífico por parte de Estados Unidos. De todos modos, China ha interpretado estos movimientos como un intento por contener su capacidad militar y apoyar a las autoridades de Manila en sus disputas territoriales con Pekín.
"El objetivo de este acuerdo es dotar a Filipinas de la capacidad de abastecerse de entrenamiento y coordinación, no solo para mejorar en cuestiones de seguridad marítima, sino para mejorar la capacidad de reacción ante un desastre natural", ha afirmado Obama en una rueda de prensa conjunta con el presidente de Filipinas, Benigno Aquino.
"Nuestro objetivo no es combatir a China, nuestro objetivo no es contener a China. Nuestro objetivo es asegurarnos de que se respeta la legislación y normativa internacional, y esto incluye las disputas marítimas" ha añadido el dirigente de Estados Unidos, quien ha reiterado su apoyo a las pretensiones de Filipinas de establecer un arbitraje internacional para solucionar este conflicto.
TENSIONES REGIONALES
Obama, que ha visitado Filipinas como última parada de su gira por países aliados en el Pacífico, ha asegurado que está intentando encontrar una solución pacífica para las disputas territoriales con China en las que están implicados sus aliados en la región.
China ha reclamado cerca del 90 por ciento del Mar de China Meridional, pretensión que entra en conflicto con las reclamaciones de Filipinas, Brunéi, Malasia, Vietnam y Taiwán. Las autoridades de Pekín también han rechazado que un arbitraje internacional interceda en el conflicto, abogando por una solución bilateral.
"Dado que Filipinas se encuentra implicada en una disputa territorial con China, el movimiento es particularmente preocupante porque puede envalentonar a las autoridades de Manila frente a Pekín", ha publicado un comentario de la agencia estatal china Xinhua sobre el pacto entre Estados Unidos y Filipinas. "Un gobierno filipino más atrevido avivaría las tensiones regionales y alteraría la política de equilibrio de Obama", ha añadido.
Aquino ha comentado que China "no debería preocuparse" por el nuevo acuerdo, que se ha producido en medio de maniobras militares conjuntas, sobre todo en cuestiones relacionadas con desastres naturales. "No somos una amenaza para ningún país. No tenemos ni un solo avión de combate", ha concluido el mandatario filipino.