WASHINGTON, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido a su equipo de Seguridad Nacional que revise nuevamente la política estadounidense en Siria, al considerar que el grupo extremista Estado Islámico podría no ser derrotado sin una transición política que aparte del poder a Bashar al Assad.
La revisión supone un reconocimiento tácito de que la estrategia inicial de intentar hacer frente al grupo yihadista en Irak y luego en Siria, sin hacer hincapié en la salida de la Presidencia de Al Assad, fue un error, según ha destacado la cadena de televisión estadounidense CNN.
La Casa Blanca convocó la semana pasada cuatro reuniones del equipo de Seguridad Nacional, en los que se analizó "qué porcentaje de la estrategia en Siria encaja en la estrategia contra el Estado Islámico", según fuentes gubernamentales.
"El presidente nos ha pedido que lo revisemos otra vez. El principal problema en Siria es que para derrotar realmente al Estado Islámico no es sólo necesario derrotarle en Irak, sino también en Siria", han agregado estas fuentes.
El Gobierno estadounidense anunció en octubre que su política sería centrarse en la situación en Irak como prioridad para minar la capacidad operacional de la formación yihadista en Siria, con la esperanza de poder entrenar y armar a las milicias moderadas en este último país para combatir al grupo.
Sin embargo, esta estrategia se ha revelado insostenible debido a que el Ejército Libre Sirio (ELS), que cuenta con el respaldo de los países occidentales, se encuentra combatiendo en dos frentes: contra el Ejército sirio y contra el Estado Islámico y otras milicias radicales.
"Los acontecimientos sobre el terreno han llevado al equipo de Seguridad Nacional a concluir que puede que no haya tiempo para una política de 'Irak primero'. En un mundo ideal expulsarías al Estado Islámico de Irak y pivotarías a Siria, pero no ayuda que la oposición moderada ha sido aplastada y el grupo siga allí", han añadido estas fuentes.
Entre las opciones que están siendo debatidas se encuentra la aplicación de una zona de exclusión aérea en la zona de la frontera con Turquía --algo reclamado por Ankara--, y expandir el programa del Pentágono para entrenar y armar a la oposición armada moderada.
LA SALIDA DE AL ASSAD
Respecto a la salida de Al Assad del poder a través de un proceso de transición política, fuentes gubernamentales estadounidenses han afirmado que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Turquía y Rusia han debatido en los últimos meses que tanto el mandatario como su círculo cercano abandonen su posición mientras se mantienen en pie la mayor parte de las instituciones.
"No va a ser mañana y no creo que nadie piense que es físicamente posible. Pero incluso si es un plan de seis o doce meses es importante que haya una salida de Al Assad", ha dicho un diplomático árabe. "Estamos contentos por el hecho de ver que Estados Unidos se ha dado cuenta de que debe repensar la estrategia", ha apuntado.
Los esfuerzos de Estados Unidos y Rusia por fomentar un proceso de conversaciones entre el Gobierno y la oposición política se diluyeron en enero tras una esperada ronda de encuentros en Ginebra, que se saldó sin avances de importancia en el plano político.
Por otra parte, altos cargos estadounidenses y diplomáticos árabes han recalcado que, si bien Rusia ha respaldado de forma tácita la idea de una Siria sin Al Assad, Moscú ha hecho poco para intentar cambiar la relación de fuerzas en el terreno.
"Los rusos no son nuestros amigos allí (en Siria). Han dado valoraciones con una carga de empatía, pero no es lo mismo que decir 'Estamos con vosotros y vamos a acabar con él'. Aún arman a Al Assad y le dan apoyo directo", ha remachado una fuente estadounidense.
