MADRID, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elevado este miércoles a 1.080 el número de muertos y en 4.352 los heridos en Yemen desde finales de marzo, alertando una vez más del deterioro de la situación sanitaria en el país.
En su comunicado, el organismo ha dicho que en el último mes se han duplicado los casos de diarrea aguda en niños menores de cinco años de edad, al tiempo que ha apuntado que "los principales hospitales en las áreas afectadas están en riesgo de cierre por los cortes eléctricos, la falta de combustible y de oxígeno".
La OMS afirmó el martes que durante la ofensiva internacional contra los milicianos huthis han resultado afectadas infraestructuras civiles como hospitales, escuelas, aeropuertos y mezquitas.
Este mismo miércoles, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha cifrado en 15,9 millones de personas, entre ellas 7,9 millones de niños, el número de personas que necesitan ayuda humanitaria. Esta cifra supone el 60 por ciento de la población total.
La coalición internacional aseguró el martes que ponía fin a la 'Operación Tormenta Definitiva', si bien ha llevado a cabo nuevos bombardeos durante la jornada del miércoles.
Arabia Saudí asumió el liderazgo de 'Tormenta Decisiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, pretendía "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen para blindar al Gobierno de Hadi.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en una carta para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.
