MADRID, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
El asesinato de líderes sociales constituye "una guerra contra la sociedad de Colombia", según ha asegurado Luis Guillermo Guerrero Guevara, director general del Centro de Investigación y Educación Popular de Colombia (CINEP), una organización no gubernamental que apoya al Gobierno colombiano en la aplicación del acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Solo en 2017, se estima que cerca de 190 líderes sociales han sido asesinados en Colombia, la mayoría de ellos en zonas cercanas a las regiones donde se realizó el proceso de desarme de la desaparecida guerrilla.
A pesar de reconocer que se ha producido un grave aumento de los homicidios a líderes sociales, por lo general personas muy comprometidas políticamente que luchan por los derechos de algunas de las comunidades rurales más desfavorecidas de Colombia, Guerrero ha descartado la idea de que dicho aumento esté directamente relacionado con la desaparición de las FARC.
"Puede que sea porque la lucha social estaba opacada por el conflicto y ahora son mucho más visibles", ha señalado Guerrero. "Pero el hecho de que se este tipo de asesinatos haya aumentado es un desastre. Constituye una guerra contra la sociedad", ha añadido.
"Son líderes que simplemente piden al Gobierno o a las grandes empresas que no se contamine con mercurio una fuente de agua o que se le dé acceso a la sanidad a una comunidad empobrecida", ha explicado. "Y están siendo asesinados precisamente por eso, por luchar por sus derechos", ha denunciado Guerrero.
UN CONFLICTO CON "PROFUNDAS RAÍCES SOCIALES"
En un encuentro con periodistas este martes en la sede de Entreculturas en Madrid, Guerrero ha dicho que la función principal del CINEP "es aportar a la construcción de una paz justa y duradera en el país" a través de su apoyo al acuerdo de paz impulsado por el presidente colombiano, Juan Manuel Santos.
"Para entender qué está pasando en Colombia hay que entender que el conflicto con las FARC no es sólo un conflicto armado, sino un conflicto social que tiene unas raíces sociales muy profundas", ha explicado.
El conflicto armado con las FARC en Colombia ha dejado tras de sí más de 7 millones de víctimas (entre muertos, heridos y damnificados) y un total de 8 millones de hectáreas del cultivo "usurpadas" por la guerrilla. "El desarme de las FARC fue la parte fácil del acuerdo", ha asegurado el director del CINEP.
"Ahora queda la parte dura", ha añadido, haciendo referencia a las medidas de reparación integral del tratado de paz, como la devolución de tierras a miles de campesinos y la reintegración política de los miembros de la guerrilla. "Y me temo que hasta la fecha, el Gobierno ha sido muy ineficiente", ha denunciado.
"Uno de los motivos por los que se fraguó el conflicto fue la falta de espacio político", ha señalado. No obstante, para el director general del CINEP, lo fundamental del acuerdo no es otro que devolver justicia a las víctimas del conflicto.
"El acuerdo es una oportunidad para que las víctimas sean puestas en un primer plano. Si las víctimas no van a obtener la reparación que necesitan, este acuerdo no tiene sentido", ha afirmado.
Guerrero ha denunciado que la inmensa mayoría de las víctimas del conflicto armado con la guerrilla continúan siendo "invisibles" a ojos de la esfera política. No obstante, ha apuntado que cuando habla de justicia para los afectados por la guerrilla se refiere a "una justicia de reparación, no una justicia punitiva".
ABOGA POR CREAR UNA "CULTURA POLÍTICA"
El activista colombiano ha garantizado que una de las soluciones a los conflictos en Colombia reside en la creación de "una cultura política" entre la población. Con el apoyo de la ONG española Entreculturas, el CINEP ha puesto en marcha una serie de "Escuelas para la paz y la convivencia" en las que proporcionan educación no formal en comunidades rurales.
"El objetivo es que nuestros alumnos vuelvan a recuperar el sentido de lo político, de lo democrático" a través de talleres de formación en los que se enseña historia, debate o ética. Al final del curso, a pesar de que se trata de un programa educativo no formal, reciben un diploma firmado por una universidad local.
Según ha explicado Guerrero, este programa ofrece "una formación que lleva a la acción" donde se "proporcionan las herramientas educativas y políticas que necesitan para participar activamente en el proceso de paz". "El objetivo no es otro que intentar nivelar a nuestros alumnos para que la discusión con otros actores no sea tan asimétrica", ha concluido.
